"𝑇𝑜𝑑𝑜 𝒆𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒂𝒎𝒐𝒓, 𝑛𝑜 𝑠𝑒𝑎𝑠 𝑡𝑎𝑛 𝑚𝑎𝑟𝑖𝑐𝑜́𝑛, 𝑇𝑜𝑝𝑜"
Me estaba aguantando las ganas de escribir una historia de este tipo. Y ahora la hice.
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Ni siquiera me gusta el ship, lo eligió al azar una amiga.
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Amo escribir a Robe...
Roberto esperaba que Topo. Su actual pareja, y el guitarrista de la banda de la cual los dos eran integrantes. Saliera del baño.
Iban a uno de los ensayos que hacían todos los jueves con la banda. Y por alguna razón, ese día Topo tardaba más en “arreglarse”.
—Topito... ¿Vas a salir del baño en algún momento? —preguntó el mayor mientras tocaba la puerta.
Con un tono de cariño forzoso, y una sonrisa amarga. Roberto esperaba a Topo. Por él ya se hubiera ido y abandonado a Topo en su propia casa. Pero como se sentía “amable”, lo esperaba.
— ¡Ya salgo! Es que se me está complicando ponerme el cinturón esta vez... —respondió el de lentes desde dentro del cuarto.
Roberto rodó los ojos, se volvió a acercar a la puerta y habló.
—Seguramente es porque ese cinturón, al que le tenés tanto apego... —decía Roberto.
—Es que vos me lo regalaste, ¡Y le tengo mucho cariño! —argumentó Topo desde dentro del baño.
—Déjame hablar —dijo el mayor con un tono más fuerte —. Porque ese cinturón que te regalé, ya no te queda.
— ¿Por qué no me quedaría? —preguntó Topo mientras abría la puerta para salir del baño.
—Porque estás gordo. Yo te dije antes, tenías que comer menos y mírate ahora... —Roberto analizó a Topo de pies a cabeza.
Cada cosa que hacía Roberto, él la hacía con la intención de que en gran o menor manera. Afectara a Topo. Era su “manera de amarlo”.
— ¿En serio estoy gordo?... —Topo miró abajo y al notar como lo miraba Roberto se sintió mal.
Miró su cuerpo y el cinturón. Una sensación de incomodidad invadió su cuerpo. Y él, como siempre. Se quedó callado.
—Si, estás gordo. Igual, eso a nadie le importa, vos sos mi gordo. Y con eso estamos bien, ¿Verdad?
—Si... Si, pero no me digas gordo —dijo el menor algo apenado.
El cantante miró a su guitarrista y pasó su brazo alrededor del hombro de su pareja. Así ‘pegados’, fueron hacia la puerta y empezaron a caminar al lugar donde ensayaban.
— ¿Por qué no, gordo? —Roberto miró burlón a su pareja.
Su pequeña y tan frágil pareja.
—Es que... Simplemente no me gusta.
—Pero yo siempre te dije “gordo”, es mi manera de decirte. Es por cariño, gordo, o a veces te digo gordito. Es un apodo que te representa.
— ¿Me representa?
—Si. ¿Cómo no te representaría?
—Oh... Okey, gracias por ser tan sincero conmigo, cariño.
— ¡De nada, gordo!
Las intenciones de Roberto eran claras. Herir a su pareja. Topo no le había hecho nada, pero Roberto lo veía tan frágil, sensible y vulnerable que le parecía gracioso cada tanto hacerle “pequeñas bromas” y algunos chistes.
Para su sinceridad. Le importaba poco o nada, como se sintiera Topo acerca de lo que él le decía. Mientras para él mismo fuera divertido, estaba bien.
—Roberto... En serio, no me digas “gordo”, no me gusta —dijo el menor que caminaba cabizbajo. Evitaba el contacto visual con su pareja.
—Ya ni una bromita se te puede hacer. Siempre te la tomás mal... Sos aburrido y encima sensible a más no poder.
—Perdón...
—Métete tus disculpas en el orto, gordo.
— ¡Roberto! Por favor... —el de lentes se exaltó un poco y miró “enojado” a su pareja.
Aunque por su amor hacia Roberto, se le hace imposible pensar en tener que odiarlo y/o decir o pensar algo malo de él.
Ante sus ojos, Roberto era todo.
Roberto se rió y miró a Topo.
—Era broma, mi amor.
—No lo vuelvas a hacer... —pidió el menor mientras miraba apenado a su pareja.
—Ay, bueno... —Roberto volvió a tener esa sonrisa amarga pintada en su rostro —, no es mi culpa que seas tan sensible, gordito...
— ¿Y sí cambiamos de tema? —sugirió el menor, ya algo irritado del apodo de su pareja.
—Si vos querés...
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No sé que podría decir de esto más que el capítulo es corto. Y lamentablemente creo que así van a ser varios en este fic. Pero solo creo.
Este es el primero así que tampoco les puedo decir mucho.
