VII // 𝘋𝘦𝘴𝘤𝘢𝘭𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘳

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Topo estaba en casa. Limpiaba, como casi siempre. Le pediría ayuda a Roberto que también estaba con él, pero no quería molestarlo.

Estuvo así unos minutos hasta que, claramente. Terminó. Cuando lo hizo, fue a la sala, donde estaba Roberto.

— ¡Cariño, ya terminé! —dijo Topo con entusiasmo mientras se sentaba al lado de Roberto.

— ¿Y?

— ¿Cómo qué “Y”? —preguntó el menor.

Roberto agarró a Topo de la muñeca e hizo que se levantara del sillón.

—Gustavo, eso es tu obligación, ¿Qué te pensás?, ¿Que te voy a felicitar?  —preguntó Roberto con un tono amargado.

—B- Bueno pero, yo siempre que hago algo para los dos me esfuerzo y... ¿Eso no es lo importante?

—No, no y no. Dejá de actuar como un niño, dios. Sos desesperante.

Roberto empujó a Topo haciendo que este caiga sobre el sillón, otra vez. Él por su parte, apretó los puños y se armó de valor, por fin.

— ¿Por qué siempre me quitas el mérito de todo lo que hago?

—No te quité nada, si te quitara el mérito sería como si yo le dijera a alguien que el que limpió toda la casa fuí yo, idiota —Roberto rodó los ojos y se dió la vuelta.

—Okey, me equivoqué de palabra. ¿Por qué siempre hacés como si lo que yo hiciera por vos fuera nada?

—Porque vos pretendes que te agradezca hasta por... No sé, secar un vaso.

Topo se quedó callado.

Se sintió culpable, otra vez. Se llevó una mano al pecho y se dijo a sí mismo:

— ¿Por qué le reclamo por cosas en las que él tiene razón desde el inicio? —pensó.

El mayor notó como estaba su pareja y apoyó su brazo en uno de los hombros del menor.

— ¿Qué pasó?, ¿Te quedaste callado otra vez? Mejor, no soporto más tu puta voz.

— ¡Cállate vos! —exclamó el menor y cerró su puño.

Lo levantó y golpeó a su pareja.

Roberto no mostró reacción de enojo alguna, en cambio. Se mostró feliz, contento.

Después del golpe, dió unos pequeños saltos de alegría y abrazó a su pareja.

Aunque, Topo. Por su parte, ahora se sentía peor. ¿Cómo pudo ser tan malo y golpear a su pareja? No lo sabía, quizás simplemente había usado el sentido común por primera vez.

— ¡Perdón! —dijo Topo apenado y se alejó del mayor que le abrazaba.

— ¿Cómo que “perdón” Topito? ¡Estuve esperando un montón para que hicieras eso! —exclamó el vocalista más emocionado.

— ¿Qué?, ¿Roberto estás loco o sos masoquista?

—Ninguna de las dos —dijo Roberto.

Roberto al escuchar la pregunta de su pareja volvió a su expresión un poco más enojada.

— ¿Acaso te atreves a tacharme de loco? —agregó con un tono más frío y seco.

—No, no... No quería decirte eso.

—Mientes... Déjame en paz, ya me cansé de vos —dijo Roberto y se alejó de Topo.

— ¡No, Roberto, por favor! No me dejes, te juro que nunca más te molesto —Topo agarró con delicadeza la mano del mayor y lo miró con tristeza.

Roberto rodó los ojos y volvió a alejarse de su pareja para ir a la habitación de ambos.

Topo por su parte se quedó parado, callado; en la sala.

Topo por su parte se quedó parado, callado; en la sala

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Buenas tardes o noches. (O buenos días).

¿Cómo están? Yo muy bien. Espero que ustedes también.

No sé que decir así que sólo me despido.

Adiós homosexuales, cuídense. Los quiero, muak.






































Total de palabras: 563.

𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘤𝘰́𝘯 ♡ Violentometro // Titopo(n't)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora