XIX // 𝘗𝘢𝘵𝘦𝘢𝘳

183 17 59
                                    

Habían pasado unos días más después de su pelea.

Actuaban como si nada hubiera pasado. Obviamente, debían hacerlo. Habían vuelto a su hogar. Ya habían terminado los shows de esa temporada.

¿Qué seguía? No lo sabían, solo estaban enterados de que volvía la época de ensayos, y con eso. Más peleas, pero no solo entre ellos. También metiendo a la banda.

Era algo que Roberto disfrutaba. Amaba pelearse, por Topo ya estaba acostumbrado a ganar en las discusiones. Y ese sabor que le quedaba en la boca después de cada una.

Era el sabor de la victoria pura. Y le daba una satisfacción que no podría explicar con palabras.

Y aún así, no estaba satisfecho con lo que tenía en ese momento.

A ojos del público, lo tenía todo. Una relación “estable”, que en realidad no lo era, pero solo ellos lo sabían. Sin contar a los que tenían sospechas; una carrera musical exitosa; y dinero.

Lo que tantos anhelan.

Igualmente, a nadie le importa la vida de Roberto, o en realidad, sí. A sus fans les importa. Demasiado.

Esa tarde. La pareja se encontraba nuevamente en su hogar. Su horrible hogar.

El típico estereotipo, hermoso por fuera horrible por dentro. Eso también aplicaba para Roberto, y para Topo.

Los dos se encontraban en la sala. Y, por raro e improbable que suene. No estaban discutiendo, ni nada parecido. Hablaban de manera “normal”.

—Topito —dijo Roberto.

— ¿Qué querés?

— ¿Me podrías golpear? —pidió el mayor. Casi al instante y al notar la mirada extrañada de su pareja soltó una risa sarcástica —, es una broma, solo quería preguntarte sí- —fue interrumpido por Topo.

—Si querés te golpeo.

— ¿En serio lo harías? —preguntó el mayor con entusiasmo.

«Si fuera por mí ya estarías tres metros bajo tierra» fue uno de los pensamientos rápidos del guitarrista. Pero lo ignoró completamente.

— ¡Claro! Sí es lo que mi amorcito quiere —respondió Topo.

—Me está dando diabetes de lo dulce que fuiste. Ya cállate, el mundo te lo agradecerá.

— ¿Querías que te golpeara?

—Sí —respondió Roberto, ahora con menos interés que antes.

Topo se levantó. Le extendió una mano a Roberto.

—Levántate, —pidió Topo.

— ¿Para qué? —preguntó Roberto.

—Si querés un buen golpe, haceme caso. ¿Sí?

—Bueno...

Roberto se levantó de mala gana.

Topo se preparó, se paró frente a Roberto y le proporcionó un golpe bajo. O para decirlo de manera más informal, le dió una patada en los huevos.

 O para decirlo de manera más informal, le dió una patada en los huevos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tres capítulos. Disfruten que quizás después de esto vuelvo a desaparecer un mes con el violentometro (mentira).

No sé qué decir así que me despido por hoy.

Adiós maricones, cuídense. Los quiero, muak.

















































Total de palabras: 442.

𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘤𝘰́𝘯 ♡ Violentometro // Titopo(n't)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora