Cap10.

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Sorpresa para mamá.

CARRIE     

Sigo su beso y puedo sentir como si hubiera devorado miles de mariposas, en mi estómago el cosquilleo crece cada vez más.

Se separa suavemente de mí, dejando nuestras frentes juntas, y nuestras respiraciones agitadas por falta de aire.

Tiene los ojos cerrados y es ahí cuando me permito observar su rostro detalladamente, tiene los labios un poco hinchados, una mandíbula marcada, algunas marcas, y dulces pecas poco visibles alrededor de su nariz y pómulos.

De repente sus ojos se abren y una sonrisa autosuficiente, que demuestra que sabe que lo estaba observando desde hace un tiempo, cruza su rostro haciendo que unos pequeños oyuelos salgan a la luz.

--¿Te he dejado sin habla? --Su tono vuelve a ser el mismo de antes, de burla.

--Nunca podrás hacer eso. -- yo también puedo ser como él, así que le muestro una sonrisa.

--Mmm, ¿el beso te dió agallas, o qué?

Suelto una leve risa y niego con la cabeza, para alejarme completamente de él.

--Dime la verdad, ¿a qué has venido?

--Ya te lo he dicho, quería hacerte compañía. -- contesta, mientras de repente se vuelve completamente serio.

¿Acaso el bipolar de la relación será él?....espera...¿relación?

Sigo perdida en mis pensamientos,  hasta que una de sus manos se posa sobre mi hombro con un suave apretón.

--Tienes que estar alerta Carrie. -- me mira directamente a los ojos y eso me hace creer que lo que dice va en serio, y no me gusta.

--Alerta, ¿porqué?

--No puedo decirte aún, pero quizás deberías fijarte en quién confías. -- se acerca a la puerta, pero antes de abrirla se voltea hacía mí --Te estaré viendo siempre.

--Espera....

Pero antes de que pueda seguir hablando, ya ha salido de la casa, y de repente me siento más sola de lo normal, pero con una sensación de frío que recorre mi cuerpo.

¿A qué se refería con que no podía decirme, y que debía fijarme en quién confiaba?

Aquí está pasando algo raro y estoy dispuesta a saber qué es.

Mi móvil suena mostrando en la pantalla el apodo que le tengo puesto a mi hermano.

Contesto

--Ehhh hermanita!!

Genial, este ya está borracho, mi hermano se negó a venir conmigo y Mamá a casa de la tía, así que desde ese entonces ha estado viviendo con uno de sus amigos en el pueblo.

--Hola Maikol, ¿ya de fiesta?-- digo con notorio sarcasmo, logrando que del otro lado de la línea se oiga un escandaloso bufido.

--Venga ya, que no eres mi madre, uy y hablando de madres, ¿dónde anda la mía?

--Pues en estos momentos, de viaje por trabajo.

--Vaya, sabía que así sería la vida si nos íbamos con ella, una mierda, siempre solos.

--Sabes que lo hace por trabajo, además lo había dejado cuando la tía murió, pero ya encontró otro.

--Es cierto. -- oigo su risa --La tía murió, se lo merecía, si pudiera le haría una fiesta al gran hombre que la asesinó.

--Maikol, basta!!!!-- siento mis ojos arder, nunca había hablado así, aunque la tía no lo tratara bien porque no le hacía caso a mamá y lo regañaba, aún así no merecía morir, y menos de la forma en que lo hizo.

--¿Sabes?, sólo llamaba para decirte que te quiero y siempre serás mi hermanita, odiosa. -- y por primera vez escucho un sollozo de su parte, jamás, desde que murió papá había vuelto a llorar, hasta hoy.

--Yo también te quiero mucho, tonto.

Oigo su risa y me provoca una sonrisa sincera, llena de emoción.

--Wao mi hermana diciéndome que me quiere, es estupendo ver cómo la ciudad te ha cambiado.

--No he cambiado.

--Bueno, en fin...--suspira cansado-- me despido, espero verte de nuevo algún día.

--Yo también.

Cuelga.

Aún recuerdo esos días que pasábamos de pequeños jugando y corriendo, todo era magnífico.

De repente mis recuerdos se pintan de oscuridad y una imagen borrosa aparece en su lugar.
Una imagen de sangre, un cuchillo y gritos a su alrededor.

Me obligo a dejar de pensar, no sé a qué coño ha venido eso.
Me voy a mi cuarto, me acuesto y espero a que el sueño me venza, hoy lo hace más rápido que nunca.

   

                            .....

Mi alarma me despierta, aún media dormida estiro la mano y logro apagarla, oigo unos ruidos en la cocina, pero mamá no llegaba hasta la tarde, así que bajo corriendo para encontrarme con una sorpresa.

--Hija-- su rostro luce extremadamente brillante y alegre.

--Mamá!!!-- bajo corriendo lo que me queda de escaleras y la abrazo. --Qué bueno que llegaste.

--Si-- sonríe mientras pasa su mano por mi cabello, para después tomarme por los hombros y mirarme fijamente. --Verás Carrie...

--Uy, me vas a decir algo malo.

--¿Qué?, no, no tranquila.

Tomo asiento frente a ella y la miro  detenidamente, se ve nerviosa, estoy segura que algo oculta.

--He conocido a alguien.

--¿Cómo alguien? ¿Te refieres a un señor?

Sonríe y asiente con la cabeza.

--Wao, así que....¿has tenido una cita con alguien?

--Exactamente, desde que tu padre murió no me había interesado por nadie, y bueno llegó él, y pues...no lo sé --se sonroja.

Mi madre sonrojada señoras y señores!!!!! ¿Qué le pasó en ese viaje?.  Aunque piense que no lo acepto, supongo que se le ve feliz y eso me alegra.

--Te apoyo mamá, sé que es lo que tratas de decirme y te apoyo completamente.

--Oh ¿de verdad?

--Claro, te lo mereces.

Unas lágrimas salen de sus ojos hasta sus mejillas, y se levanta para abrazarme fuertemente.

--Mamá basta, tampoco es para tanto.

Reímos y luego subo a mi habitación para terminar de vestirme e ir a la universidad, Carlos y Mara pasarán por mí, así que nos iremos todos en el coche nuevo de Mara.

Blood🫀🩸 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora