capítulo 2

1.8K 108 1
                                    

SANTANA........


Llego a casa del trabajo, después de conseguir compilar de algún modo una lista de preguntas adecuadas para la entrevista de mañana con Brittany, dejo caer mi bolso sobre nuestra mesita de café, cuelgo mi chaqueta en el brazo del sofá y me quito los zapatos.


Rachel está en la cocina. Compartimos un modesto piso con dos dormitorios en la planta baja en un condominio, el cual alquilamos a un pariente de Rachel que es promotor inmobiliario. La renta es razonable porque Marc y Rachel son íntimos. Si no, nunca nos lo podríamos haber permitido.


Voy hacia el sonido de la tetera hirviendo.


- ¿Quieres uno? -pregunta sosteniendo el bote de café.


-Me encantaría, gracias.


Saco las galletas del aparador, entonces Rachel me da mi café y con las galletas bajo el brazo, la sigo a través de nuestro pequeño salón.


Me siento junto a ella en el sofá, poniendo el paquete de galletas entre las dos.


-Así que, ¿cómo te ha ido el día? -pregunto mientras mastico ruidosamente una galleta.


Esta es mi entrada para contarle lo de Brittany. ¿Cómo ha ido tu día Rachel?


... ¿El mío preguntas? Mañana, por la mañana voy a entrevistar a Brittany S. Pierce... de entrada montones de chillidos por parte de Rach y quizás unos pocos míos.


-Bien -Ella sonríe radiante, metiendo su cabello detrás de su oreja-. De hecho, fue realmente fabuloso -gira para mirarme, metiendo las piernas debajo de su trasero-. Conseguimos un excelente negocio.


- ¿En serio?


- ¡Lo conseguimos! Y además después Daniel me llevó a su despacho para decirme que me promocionaban a Ayudante Ejecutivo Senior.


- ¡Genial! -grito.


- ¡Lo sé! -grita ella también.


- ¡Eso es estupendo, Rachel! ¡Me alegro tanto por ti! ¡Y estoy mega orgullosa! -Le doy un fuerte abrazo, intentando no derramar mi café sobre ella.


Rachel trabaja para una Agencia de Publicidad. Ha estado trabajando durante años para conseguir un excelente negocio millonario, así que sé lo importante que es este acuerdo para ella. Ama su trabajo y como está comprobado, es muy buena en ello.


También es increíblemente guapa y no tiene idea en cuanto al efecto que tiene . Con su encantadora elegancia, el pelo largo castaño, enormes ojos marrones y piel canela.


Es dulce, de buen corazón, excepcionalmente maravillosa y la quiero hasta el cielo.


-Tenemos que celebrarlo esta noche -me entusiasmo, estando más y más dispuesta con la idea mientras lo digo-. Pensaba ir a cenar con Alice, pero lo anularé. Podemos acicalarnos, tomar cócteles en Mandarin's...


-No -dice ella con la mano-, no puedes cancelar lo de Alice.


-Puedo y lo haré -comienzo a reír mi propia broma.


-Eres una gansa -Da un empujón a mi pierna con su pie, soltando una risita.


-Y tú no me querrías de otra forma -sonrío.


-No te querría.


-Mira, ella entenderá, Alice es muy comprensiva -Doy otro mordisco a mi galleta y tiro las migas en mi camiseta. Las quito de encima-. Esta noche no es gran cosa, sólo íbamos a cenar. En serio, tú y yo saldremos y celebraremos, ahora llamaré a Alice.


Francamente, no me vendría mal distraerme con el alcohol esta noche porque mis nervios están tensos por todo el asunto de la entrevista de Brittany.


- ¿Estás segura?


-Estoy totalmente segura -sonrío.


-Entonces, definitivamente, hazlo.


Dejando mi café, me inclino y cojo mi teléfono de mi bolso. Tengo un mensaje de Holly:

«Buena suerte mañana, querida muchacha. Ven directa a mi despacho cuando hayas acabado con Brittany, quiero TODOS los detalles.»


Un guiño, carita sonriente. Cristo, lo hace sonar como una maldita cita.


Una ardiente emoción se dispara dentro de mí con sólo pensarlo.


Jesús, Santana, aclárate.


A: Brittany está fuera de tu alcance y siempre lo estuvo. B: De hecho sólo es una entrevista, y C: Tienes una encantadora novia llamada Alice. Con la cual estás a punto de anular una cita. Me reclino en el sofá y marco el número de Alice.


-Hola guapa -susurra al teléfono-. ¿Estás bien?


-Estoy bien... me preguntaba si te disgustaría mucho si anulase la cita esta noche. Es que Rachel ha descubierto que ha conseguido ese gran cliente por el que ha estado trabajando durante meses y también que la han promocionado a Ayudante Ejecutiva. Así que pensaba que debería sacarla a celebrar.


-No me importa, por supuesto. Salgan, diviértanse. Y felicita a Rachel de mi parte. ¿Lo dejamos para mañana por la noche, querida?


-Definitivamente.


-Te quiero.


-Yo también a ti.


Cuelgo, tirando mi teléfono sobre la mesa.


-Ponte lo mejor -digo, sonriendo a Rachel -porque esta noche, tú y yo celebramos.


Me doy una ducha rápida, lavándome el pelo. Me lo seco con el secador y me paso la plancha de pelo, alisándolo. Mi pelo es negro, abundante... básicamente rebelde. Lo llevo largo porque así me gusta. He heredado mi rebelde pelo de mi madre. Ella es Puertorriqueña. Mi padre es estadounidense.


Y no, antes de que pregunten, no me parezco nada a J-Lo. Me gustaría. Bueno quizás a excepción de mi trasero, es tan grande como el suyo.


Mi madre y mi padre se conocieron mientras él estaba de gira por América con The Rifts. Mi madre estaba en su primer año de universidad. Se había mudado a Lima, Ohio desde Puerto Rico para ir a la universidad. Era una gran cosa para ella y su familia; era la primera en ir a la universidad.


Mi padre estaba haciendo una actuación en su universidad y fue amor a primera vista. Pasaron juntos los cuatro días que mi padre estuvo en Lima, Ohio.


Después que mi padre se fue para proseguir con la gira se mantuvieron en contacto. Luego seis semanas más tarde mi madre descubrió que estaba embarazada de mí. En aquel momento ella sólo tenía dieciocho años, mi padre veintitrés, con todo su futuro por delante.


Papá volvió a Lima, Ohio y tuvieron que hacer una elección.


Decían que deshacerse de mí nunca fue una opción para ninguno de los dos, así que uno de los dos tenía que renunciar a algo.


O era la música de mi padre o el título universitario de mi madre. Mamá renunció al título.


Le dijo a mi padre que ser madre era lo más importante para ella, ya que había perdido a su propia madre cuando era muy pequeña.


Dio la noticia a su padre y se puso hecho un basilisco. Le dio un ultimátum. O éramos mi padre y yo, o volver a casa con su familia.


Ella nos eligió.


Él la repudió. Toda su familia cortó su relación con ella.


Así que ella dejó atrás Lima, Ohio y su sueño, y fue de gira con mi padre y su grupo para seguirle.


Intentaron hacerlo funcionar viajando, pero un bebé de gira no es posible, así que al final mi padre tomó la decisión de dejar el grupo. Volvieron a EE. UU, a Lima, Ohio de donde es mi padre y se casaron.


Durante los dos primeros años de mi vida vivimos todos en la casa de mis abuelos, hasta que mamá y papá pudieron permitirse su propia casa.


Y eso fue cuando nos mudamos al lado de Brittany.


A veces siento que arruiné la oportunidad de mi padre de tener éxito y quité a mi madre la oportunidad de una carrera. Ninguno de los dos me ha hecho sentirme nunca así, ni una sola vez y sé que se enfadarían si se enteraran de que lo pienso. Pero generalmente me siento así por mi padre.


Se bien cuánto ama la música y lo duro que ha debido ser para él abandonarla.


Me pongo un poco de rímel en mis pestañas, mi dorada sombra de ojos, va mejor con mis ojos castaños y me pongo algo de brillo de labios rosa pálido. Me decido por mi vestido negro largo. Deslizo los pies en mis tacones plateados de gatita y cojo mi bolso de malla, metiendo mi dinero y mi lápiz de labios dentro.


Me doy una última mirada en el espejo. Nada mal, Santana. No perfecta, pero nada mal. Me encuentro con Rachel en la entrada.


-Estás preciosa -digo. Lleva un corto, vestido azul claro abombado. Contonea sus caderas.


-Igualmente, sexy.


-Y tú me llamas gansa -sacudo mi cabeza, risueña-. ¿Tienes tus llaves? Las balancea en el aire.


-Bien entonces vamos.


Rachel cierra con llave y salimos al aire de la noche, dirigiéndonos a nuestro local favorito y la más impresionante coctelería, Mandarin's.


Está sorprendentemente lleno para un jueves por la noche. Cogemos una jarra de margaritas y buscamos una mesa libre.


Sirvo bebida en ambos vasos. Levantando el mío, digo:


-Por mi preciosa e inteligente amiga, ojalá un día dirijas la compañía.


Riéndose tontamente, hace sonar mi vaso. Tomo un sorbo de mi margarita. El alcohol baja por mi garganta, justo el alivio que necesitaba.


-Así que, ¿cómo van las cosas en la revista? -pregunta Rach. Río por la nariz.


Vale, aquí voy...


-Yo eh... voy a entrevistar a Brittany S. Pierce mañana.


Su boca se abre por la sorpresa, formando una «O».


-Sip. Exactamente -asiento.


Entonces, ella grita atrayendo la atención de muchas miradas.


-Lo siento -dice avergonzada. Ya le estoy sonriendo.


-Vale -dice recuperando el control, abanicando su cara-. ¿Alguna razón en particular por la que me lo estás diciendo justo ahora?


-Tu ascenso. Estamos celebrándolo esta noche. No quería hablar de Brittany opacándolo.


-Esto... -me mira embobada-. Preferiría ser asaltada por Brittany S. Pierce uno de estos días en vez de mi promoción -Me guiña un ojo. Me balanceo-. Así que, ¿cómo es que habrá entrevista? Supongo que tú no la convocaste.


-Lo hizo Holly.


- ¿Cómo demonios consiguió una entrevista con Brittany? ¿Usó tu nombre para conseguirla?


Sus palabras revolotean en mi mente. Niego.


-No me dijo cómo, pero no, no lo creo. De todos modos usando mi nombre no habría conseguido una entrevista con Brittany.


Rachel pone la cara que siempre pone cuando surge el tema de Brittany y yo sugiero que él no se interesa por mí en la actualidad.


No es que yo hable de ella a menudo o algo por el estilo.


-Me apuesto a que estará encantada de verte. ¿Sabe que le vas a hacer la entrevista? ¿Lo sabe?


-No estoy segura -me encojo de hombros-. Su gente tendrá mi nombre, pero dudo mucho que se molestara en saber quién le va a entrevistar... y no estará encantada, Rachel, no nos hemos visto en doce años. Habrá olvidado todo sobre mí.


-Sí, seguro que lo hará -dice tomando otro sorbo de su cóctel-. Porque siempre olvidas tu primer amor.


- ¡No fui su primer amor! -exclamo.


-Tú fuiste la bonita chica de al lado -se encoge de hombros-, por supuesto que fuiste su primer amor.


Le niego desesperadamente.


-Vamos -dice sonriendo, añadiéndome más bebida, después a la suya-. Parece que esta noche estamos celebrando dos cosas después de todo.

The Mighty StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora