capítulo 22: Brittany

1.2K 66 3
                                    

-Bien, entonces en el mundo de la música... -Empiezo a hojear la revista de música que Finn me trajo- no hay absolutamente nada que valga la pena.

Cerrando la revista, la tiro al suelo al lado de mi silla, y golpea con una fuerte bofetada. Recargándome, extiendo mis adoloridas piernas y empujo mis dedos por mi cabello.

- ¿Qué más está pasando? Cierto, Holly se va a casa hoy. Se quedó tanto tiempo como pudo, cariño, pero tiene que regresar a la revista, mantenerla funcionando para que tú puedas conseguir un trabajo al cual volver. No es que necesites trabajar, pero sé lo mucho que amas tu trabajo. Ah, y no te preocupes por el lanzamiento del libro. Los editores dijeron que puede hacerse cuando queramos, así que no hay preocupación en ese aspecto... -Tomando una respiración profunda, la dejo salir poco a poco y miro fijamente a Santana. Sus ojos están cerrados como lo han estado durante los últimos cuatro días.

Cuando la inflamación de su cerebro comenzó a bajar, sus ojos se cerraron de forma natural, y ahora se ve como si sólo estuviera durmiendo. Mi hermosa chica durmiente. La buena noticia es que está respirando por sí sola. Kish monitoreó su respiración, cuánto necesito asistencia y cuando no durante los primeros días. Su respiración sin ayuda aumento cada hora, y cuando alcanzó el noventa por ciento, Kish quitó el respirador. Me aseguró que esto era muy positivo para su recuperación. Quiero mantener arriba mis esperanzas. Pero temo hacerlo. Así que por esos cuatro días, al igual que los tres antes de ellos, me he sentado aquí esperando a que abra sus ojos y me diga que pare de aburrirla con las tonterías que suelto. Porque eso es todo lo que hago, sentarme aquí y hablarle a Santana, esperando que se despierte.

Aparte de las regulares visitas a mi hijo, nunca la dejo. Mi hijo, quién todavía está esperando que su sexy mamá latina despierte y le ponga nombre.

Inclinándome hacia adelante, me acerco y agarro su suave y cálida mano. Su inconsciente mano.

-Nuestro muchacho todavía está esperando su nombre, Santana, así que necesitas darte prisa y abrir esos hermosos ojos tuyos para que puedas elegirlo. Puede incluso ser uno de esos espantosos que estabas sugiriendo cuando estábamos tratando de decidirnos por los nombres... ¿recuerdas, cariño? ¿Cuál fue ese que sugeriste? ¿Skip?

Sacudiendo mi cabeza, dejo escapar una risa. Hace eco alrededor de la habitación y me golpea dolorosamente de regreso en el pecho. Cierro mis ojos y dejo mi cabeza colgar hacia atrás y libero un largo suspiro hasta el techo. El techo al que le cierro mis ojos cada noche.

No he puesto un pie fuera de este hospital desde el día del accidente.

Cuando me las arreglo para dormir, es junto a Santana en una cama que he traído para mí. Las veces que consigo comer, es aquí con ella. Temo vagar demasiado lejos de esta sala en caso de que despierte. Tengo que estar aquí cuando abra sus ojos. Tengo que ser la primera cosa que vea. Necesito que sepa que estoy aquí para ella, que siempre estaré aquí para ella. Así que aquí espero. En un hospital, rodeada por tratamientos. Medicinas. ¿Quiero una fumada? Sí. Desesperadamente. Quiero que el miedo y el dolor que me están consumiendo desaparezcan. Me odio por querer drogas. Odio que mientras mi chica está recostada en esa cama, tratando de luchar por regresar, yo estoy sentada aquí pensando en drogarme.

Soy una excusa de ser humano.

¿Cómo puedo pensar en drogas en un momento como este? Porque soy una tonta. Y odio eso. Pero para mí, es vida. La adicta siempre vivirá en mi interior. El único problema que tengo es que Santana no sabe hasta qué punto la adicta todavía vive en mí. Y nunca lo sabrá. No podría soportarlo si supiera. Actualmente todavía estoy limpia, y quiero que siga siendo así... pero puedo sentir mi resolución escurrirse.

The Mighty StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora