capítulo 27

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Mi corazón duele en lo profundo de mi pecho. Estoy confundida. Mis pensamientos están en completo caos.

Y todo lo que puedo ver cada vez que cierro los ojos es la mirada en el rostro de Brittany cuando le dije que era exactamente igual a su padre.

No quise decir eso. Por supuesto que no. Me arrepentí de esas palabras en el instante en que salieron de mi boca. Pero mi orgullo no me dejó retractarme. Brittany nunca podría ser como Paul. Es cálida y amorosa... tierna y muy amable. Ella está un poco perdida en este momento y lo que necesita es ayuda. Pero no estoy segura de cómo poder ayudarla o si soy yo quien puede hacerlo.

Aun así, sin embargo, me fui y la dejé en el momento en que más me necesitaba. ¿Qué clase de persona hace eso? Sé que ella dijo algunas cosas de mierda, pero yo también lo hice. Honestamente, mi comportamiento últimamente me ha hecho cuestionarme a mí misma y a mi moral. No hace mucho tiempo le dije a Brittany que nunca la dejaría, pasara lo que pasara. La noche anterior lo hice. Rompí la promesa que le había hecho. Le di una patada en el culo por sus promesas rotas y entonces hago exactamente lo mismo.

Dando una vuelta miro el reloj por centésima vez en la última hora. Son las 5:30 de la mañana y me acosté en una fría y vacía cama en el Hotel Best Western aquí en Boston.

No he dormido en toda la noche. Sólo he permanecido aquí en la oscuridad, mirando a través de la luz. Volteando las cosas una y otra vez en mi mente, tratando de averiguar la manera de actuar de la mejor manera.

Después de dejar el Hotel Ritz, caminé por la ciudad durante horas. Sabiendo que no podía volver a nuestro hotel y sin tener otro lugar a donde ir, ni un teléfono para llamar a cualquier persona, me registré en el siguiente hotel con el que me encontré que estuviera en mi rango de precio.

Una vez en la habitación, me di una ducha, lavé mi cabello con el champú del hotel. Luego me sequé con el secador de pelo del hotel. Era uno pequeño y olía a pelo quemado, y me llevó una eternidad secar todo mi cabello, pero lo hice porque necesitaba algo en qué concentrarme. Algo para mantenerme ocupada.

Entonces vi televisión sin sentido durante horas hasta que ya no pude soportarlo.

Y ahora, por las últimas cuatro o más horas, no he tenido nada con que mantener mi mente ocupada, por lo que me he visto obligada a pensar en la pelea que tuve con Brittany.

¿Qué voy a hacer?

Estaba muy enojada con ella la noche anterior. Enojada porque se había permitido volver allí. Enojada porque me había mentido acerca del uso de drogas y porque me lo había ocultado. Pero ya no estoy enfadada. Ahora estoy preocupada y muy asustada. Por ella. Por nosotras. Si es que todavía hay un nosotras.

Sólo no sé qué hacer, ¿qué es lo mejor para Brittany?

Desearía poder hablar con mi padre acerca de esto, recibir sus consejos. Pero no quiero que sepa sobre el estado de Brittany en este momento. Y por Dios, si le digo a mamá ella volaría aquí para llevarme a casa pateando y gritando, de eso estoy segura. No tengo el número de Kurt para llamarlo. Estaba en mi teléfono, el mismo teléfono que Brittany rompió en su pequeño ataque de rabia. Y no quiero llamar a Rachel y contarle sobre todo esto a ella. No mientras ame a Quinn por sobre todo el mundo. Además no quiero ponerla en una posición donde tenga que mentirle a Quinn sobre el consumo de drogas de Brittany, si es que la rubia ojiverde ya no lo sabe.

Estoy sola en esto y tendré que afrontarlo por mí misma.

Una cosa que sí sé, es que no puedo quedarme aquí para siempre, escondiéndome de Brittany y su... nuestro problema.

Todas mis cosas están en el Hotel Ritz, y en este momento todavía estoy usando la ropa y las bragas de ayer. Necesito ropa interior limpia de cualquier forma.

The Mighty StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora