capítulo 3

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Bajo la vista hacia las luces de L.A. mientras el avión se dirige al aeropuerto.

Brittany está durmiendo a mi lado. Me acerco y peino el cabello que cae de su frente. Se ve tan tranquila. Odio despertarla, pero estaremos llegando a tierra pronto.

Echo un vistazo a mi pulsera de la amistad en su muñeca. La muevo a un lado, veo donde su piel es aún más clara por debajo, donde ha estado escondida del sol. Igual que la mía. Nunca no las quitamos, fue una promesa que hicimos la una a la otra de siempre llevar el recordatorio de nuestro vínculo de la infancia, las pulseras que hice para las dos hace tantos años.

No puedo creer que nuestras vacaciones hayan terminado. Las mejores vacaciones de mi vida. Ahora nos dirigimos de nuevo a la realidad. Bueno, la realidad de Brittany.

La cual está tan lejos de la realidad como yo nunca habría imaginado. Una chica normal en un mundo lejos de ser normal.

Deseaba que nos hubiéramos quedado en la isla indefinidamente, porque tengo la sensación de que volver aquí significa que las cosas se van a poner muy reales, muy rápidamente.

Curvando mis dedos alrededor de la oreja de Brittany, le hago cosquillas en la piel sensible. El lugar que la vuelve loca cuando la beso.

Coge mi muñeca, sorprendiéndome.

-No empieces algo que no puedes ganar -dice con un sexy acento en su voz.

- ¿Quién dice que no puedo ganar?

-Yo.

- ¿Ah, sí?

-Hmm. -Se mueve más cerca, revelando sus deslumbrantes ojos azules-. Olvidaste que sé exactamente donde están todos tus puntos sensibles, López.

El calor me inunda y me retuerzo.

-Pensé que estabas dormida.

-Lo estaba hasta que cierta pequeña descarada empezó a hacerme cosquillas.

- ¿Descarada? -Suelto una carcajada.

-Sí, esa eres tú. Una descarada. Ingeniosa y coqueta.

- ¿Coqueta? -me burlo.

-Sí, coqueta e irresistible.

-Hecha para ti -añado.

-Definitivamente cierto, hecha para mí. -Su mirada me clava en el asiento, poseyéndome, apropiándose de mí. Conteniendo el aliento, digo-: Bueno, querida, estamos en casa. -Una leve sonrisa se instala en mis labios. Casa.

L.A. es mi casa ahora. Se siente extraño decirlo.

La última vez que estuve en L.A., la historia del papá de Brittany acababa de estallar en las noticias. Me estremezco al recordarlo.

Brittany se sienta en su asiento, estirando las piernas, los brazos pasan por encima de su cabeza, luego uno viene a descansar en mi hombro, jalándome hacia ella.

- ¿Estás bien? -pregunta.

-Sí, sólo deseando haber tenido más tiempo juntas en la isla.

-Yo también -murmura, apoyando su barbilla en la parte superior de mi cabeza-. Vamos a volver allí de nuevo algún día muy pronto.

-Podríamos tener nuestra luna de miel ahí -sugiero, el optimismo llenándome mientras levanto la vista hacia ella.

-Esa es una gran idea. -Sonríe.

-Entonces supongo que tengo que empezar a planear nuestra boda... ¿o quieres un compromiso largo? -Muerdo mi labio.

- ¡Claro no! Bebé, podemos casarnos mañana si quieres. Sólo di la palabra y le diré al piloto que nos lleve a Las Vegas.

The Mighty StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora