Capitulo 37

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Ethan Zannetti

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Ethan Zannetti

La batalla se desplegó en una sinfonía de acero, mi padre se movia con gracia y precisión, comence con un ataque directo trazando un arco decidido en el aire, mi padre desvio el golpe con un giro rápido de su hoja. La sala del trono se convirtió en el escenario de un enfrentamiento épico entre el pasado y el futuro, entre la tiranía y la esperanza.

—¿Crees que puedes vencerme, muchacho? —rugió mi padre, su voz resonando por la sala, notaba la sorpresa en su mirada, habia mantenido la batalla por mas tiempo de lo que usualmente hacia.

Sin resonder, intensifique mi ritmo, realizó un ataque lateral, buscando encontrar una apertura en la defensa de mi padre. Sin embargo, el anticipó el movimiento, retrocediendo con agilidad y respondiendo con una serie de rápidos cortes en diagonal. Me defendi con movimientos de bloqueo precisos, mi espada parando cada embestida con determinación.

La batalla continuó con una serie de movimientos fluidos. Ejecutó una estocada baja, apuntando a las piernas de mi padre, pero este respondió con un hábil salto hacia atrás, evitando el ataque y contraatacando con una serie de rápidos cortes ascendentes. Mi espada bailaba en el aire en una coreografía calculada de defensas y contraataques, cada movimiento destinado a desequilibrar a mi padre, el cual no podia creer como he aguantado tanto.

Se notaba el sudor y la preocupacion en su mirada, el temor de que tal vez, solo tal vez sea su fin, la batalla alcanzó su clímax con una serie de ataques y contraataques, cada movimiento una expresión de habilidad y estrategia. Mi espada parpadeaba en el aire como un relámpago, mientras esquivaba y respondía a los embates de mi padre con una destreza sorprendente.

Finalmente, con un movimiento calculado, desarme a mi padre, enviandolo a el junto a su espada al suelo, el me mira con terror, sin quitarle la mirada de encima tome su espada, por si pensaba en tomarla nuevamente.

La sala entera explotó en un estruendoso coro de vítores y exclamaciones. Los cortesanos, que antes mantenían la respiración, liberaron sus emociones contenidas en una expresión de júbilo colectivo. Las manos aplaudían en un rugido de alegría, y los rostros, antes tensos, se iluminaron con sonrisas de triunfo.

Los sirvientes y damas de la corte se unieron al regocijo, creando un bullicio festivo que llenó la sala. Las risas, los murmullos y las expresiones de alivio resonaron en cada rincón. Mi victoria no solo representaba el triunfo personal, sino también la esperanza de un cambio, un nuevo amanecer para el reino.

—¡Guardias! Llevadlo a reclusión en las mazmorras —unos guardias entraron tomando a mi padre de los brazos quien intento a regadiñetes librarse de su agarre, soltando un sin numero de maldiciones.

Los gestos de admiración y gratitud se extendían hacia él, reconociendo no solo su habilidad en el combate, sino también su valentía al desafiar el régimen opresivo de su padre, Leonor, cerca de la reina Blanca, sonrio con orgullo, finalmente eramos libre de la tiraria de padre, era un nuevo comienzo para todos.

Mi bad boy preferidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora