Capítulo 3: El Reencuentro.

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Nezuko's POV:

22 de Septiembre de 2005, mi abuela ya se había recuperado del tobillo y a mi me contrataron en un café en la zona del cruce de Shibuya, el Dango Cafe, se especializaban en el dulce que daba nombre al local y en postres, pero yo solo servía café por las tardes, después del instituto.

Esta tarde me tocó cubrir a una compañera y entré más temprano de lo habitual. Justo en ese momento entraron dos chicos, uno bajo y otro alto, los dos rubios pero con distintos tonos, y el bajo fue corriendo a una de las mesas al lado de las ventanas y el alto le grito.

-¡Oye, deja de ir corriendo por todos lados, esto no es un parque y tu no eres un niño!- El bajo solo le sacó la lengua y le ignoró, a lo que el alto solo se dio la vuelta mientras se masajeaba el puente de la nariz y venía hacia el mostrador, en ese momento le pude ver mejor la cara, o mejor dicho, el tatuaje de su cabeza. Es el dragón. Era el chico del hospital, esta vez con ropa de calle; llevaba unas botas militares negras con unos vaqueros anchos, una sudadera negra sin capucha y una chaqueta vaquera más clara que los pantalones; dos aros en su oreja izquierda.
Cuando levantó la mirada se paró en seco por un segundo, parecía estar analizando mi cara.

-Bienvenido al Dango Cafe, ¿en qué puedo servirle?- Le atendí con normalidad, el tardó un poco en responderme.

-Sí, eh, pone un menú dango infantil.

-Menú dango infantil...

-Sí, emh,- miró hacia su amigo, el cual estaba pegado al cristal, como si intentara hacerse uno con el y luego volvió a mirar hacia mí con el ceño un poco fruncido-que sea el tricolor con el batido de fresa. Y un café, por favor.

-Vale, serían- su semblante cambio por completo antes de interrumpirme. Parecía calmado y decidido.

-Disculpa pero, ¿tú no eres la chica del hospital? La que me ayudó a llamar a las enfermeras.- Me quedé en blanco, no sabía qué decirle, no nos permiten responder a nada personal, pero...

-S-sí.- Lo dije, no muy segura. Hay que ser idiota para jugarse una bronca del jefe por un desconocido.

-Muchas gracias por lo del otro día, toma,- me dio 500¥- quédate el cambio como agradecimiento.

-N-no, no, nosotros no pode- volvió a interrumpirme.

-Insisto. Ah, y si pudieras ponerle una banderilla al menú infantil te lo agradecería.- Fue lo último que dijo antes de girarse, yo me quedé mirando como volvía a la mesa donde estaba su amigo para agarrarlo por la sudadera y sentarlo como a un muñeco mientras le echaba la bronca.

No me quedó otra que simplemente preparar el menú y el café para luego llevarlos a la mesa.

-Venga, Kenchin, cuéntamelo~

-Disculpen, les traigo su pedido.- Tuve que interrumpirles para servir.- El menú infantil con el batido...- El alto hizo un gesto con la cabeza para indicarme que era para su amigo, así que se lo serví.- Y el café. Que aproveche.- Les sonreí y le miré por última vez, antes de darme la vuelta para seguir con mi trabajo, pude escuchar como el bajo decía:

-Mira, aquí le ponen banderitas, Kenchin, tenemos que volver.

Draken's POV:

-Que bien, así no tendré que traermelas de casa.- Me quedé mirando como la chica volvía a su puesto, ¿cuales eran las posibilidades de reencontrarla justo aquí? Cuando me quise dar cuenta llevaba demasiado tiempo mirando para ella, se había dado cuenta y se había puesto roja, y Mikey empezaba a gritarme por no escuchar lo que me estaba diciendo.

Draken • Ken RyugujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora