Capítulo 31: Aftermath.

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Nezuko's POV:

4 de Noviembre de 2005, hacía casi una semana que no sabía nada de Ken y comenzaba a preocuparme. Chinen me dijo que al final la pelea del lunes sucedió y que había pasado algo horrible, pero en vez de contármelo solo me dijo que hablara con él, que no contestaba a mis mensajes. Mikey también dejó de aparecer a las salidas del instituto y Takemicchi se comportaba raro, ¿tan horrible es lo que sea que haya pasado?

Tras hacer miles de preguntas y ser respondida de la misma forma, "deberías hablar con él", ahora me veía delante de la puerta de las galerías en las que se encontraba el burdel en el que vivía Ken, siendo recibida por miradas extrañas y lascivas. Llamé al ascensor, pulsé el piso 4 y esperé a llegar a este. Cuando las puertas se abrieron una voz masculina me recibía por inercia. Cuando estuve en el mostrador dejó el periódico a un lado y me miró con cansancio.

-¿No eres un poco joven para estar aquí? No contratamos a adolescentes, vete.- Una mueca de molestia se formo en mi cara y me miró extrañado.

-Muy gracioso. Estoy buscando a Ken.- Una chica asomó la cabeza de forma curiosa, dejando en claro lo que estaba haciendo bajo la mesa del jefe.

-Jefe, es la novia de Kenny. La que trajo la otra vez.- Pude reconocer su cara, era la misma chica que estaba apoyada en el mostrador la primera vez que vine. El jefe la miró con vergüenza y aclaró su garganta antes de volver su atención a mí.

-Kenny acaba de salir, lleva toda la semana prácticamente encerrado, no ha salido más de un par de veces contando con esta. ¿Está todo bien?- Levantó la mirada de su periódico ligeramente.

-No lo sé. Me enteré de que pasó algo el lunes y llevo sin hablar con él desde el sábado.- Asintió en silencio.

-Si te das prisa igual puedes encontrarlo abajo, dijo que salía a por comida.- Respondió esta vez la chica del mostrador. Yo solo asentí y di media vuelta, intentando ignorar la situación subliminal.

Llamé una vez más al ascensor, esta vez tardó un poco más en llegar. Cuando se abrieron sus puertas me choqué con un gran cuerpo, como si fuera una pared. Miré hacia el rostro de la persona y me encontré con Ken, el cual me miraba confuso.

-¿Qué haces aquí?- Dijo casi molesto.

-Te estaba buscando.- Respondí de la misma manera. Respiró fuerte y agarró mi muñeca, arrastrándome hasta su cuarto. Una vez dentro dejo la bolsa que cargaba en la pequeña mesita supletoria, se sacó la chaqueta y me miró desde su cama.

-¿Qué quieres?- Su frialdad me tomaba por sorpresa, ¿acaso había hecho algo mal?

-Saber si estás bien, hace casi una semana que no sé nada de ti.- Soltó una risa nasal y acarició su frente con las dos manos, apoyó los brazos en su rodillas y miró hacia mí.

-Hace no tanto para ti era muy fácil desaparecer por días, dando largas todo el tiempo. ¿Ahora soy yo el malo por hacer lo mismo?- Parecía molesto con el mundo y lo estaba pagando conmigo.

-¿Sabes? Le pregunté a todo el mundo por ti y todos me dicen que mejor hable contigo, pero llego y lo único que veo es a ti todo magullado y pagando conmigo lo que sea que te esté pasando. Perdóname si te molesta que esté preocupada por ti.- Resopló y se levantó de la cama, acercándose a mí, casi podía intimidarme la gran diferencia de altura entre los dos. 

Me acorraló contra su puerta, un brazo apoyado en esta y el otro rodeó mi cintura de golpe y con fuerza, acercándome torpemente a él para que pudiera hundir su cara en mi cuello. Pude sentir como temblaba ligeramente y respiraba con fuerza, lo único que hice fue abrazarlo de vuelta. Mi enfado por su comportamiento se había esfumado de un momento a otro y mentiría si dijera que no me sorprendía que se pusiera de esta forma, nunca lo había hecho antes.

Draken • Ken RyugujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora