Capítulo 12: Dogenzaka.

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Draken's POV:

Nos llevó 10 minutos llegar a Dogenzaka, esta noche sería una zona concurrida, me vi obligado a aparcar lejos del local al que iríamos.
No habíamos dicho nada desde que nos subimos a la moto, cuando nos bajamos no dejó de mirar sus mensajes y ahora estábamos a punto de entrar al local.

-¿Te parece bien si lo pedimos para llevar?- Fue la primera en romper el silencio.

-Sí, sin problema.- Le sonreí antes de continuar.-¿Está todo bien?- Señalé a su teléfono.

-Oh, sí, solo... Los mensajes de un amigo y de mi abuela, me sorprende que sepa si quiera lo que son los mensajes.- Dio una ligera risa y yo no pude evitar acompañarla.-Lo siento, creo que debería volver a casa, llevo todo el día desaparecida.

-Está bien, en cuanto nos den nuestro curry te llevo directa. Tengo que ir al baño, ¿pides tú por los dos?

-Sí, claro, ¿qué quieres?

-Pídeme el de pollo empanado y huevo frito, de beber agua.

-Vale, sin problema.- Me dio una pequeña sonrisa.

-Gracias.- Le sonreí de vuelta y me fui.
No sé cuánto tiempo pasé en el baño, juraría que fue más bien poco pero cuando volví Nezuko tenía a dos tíos molestándola, parecía incómoda entre esos dos. Me acerqué y pude escuchar como ella les decía que no a algo y luego reconocí a uno.- Kiyomasa.- Los dos se quedaron en silencio mirando para mí, el semblante del conocido cambió de vacilón a tenso, luego solo pude fijarme en ella.-Nezuko, ¿estás bien?- Me puse entre ella y los dos chicos, ella solo asintió y pude notar como se sonrojaba.

¿La has llamado por su nombre? No me había dado cuenta de ese detalle.

-Dr-Draken, no sabíamos que estaba contigo.- Escuché las palabras de Kiyomasa, me di la vuelta y rodeé a Nezuko con mi brazo izquierdo.

-Sí. Ahora, ¿por qué no la dejáis en paz?- Los dos asintieron y se fueron con el rabo entre las piernas. No me fijé en ella hasta que los otros dos salieron por la puerta. Estaba roja como un tomate, pude notar el rubor formarse en mis mejillas cuando me di cuenta de la situación. Saqué el brazo que la rodeaba de encima suya y me aclaré la garganta.-Bueno, ¿estás bien? Parecías muy incómoda.

-S-sí, sí, estoy bien. Solo tenían toda la pinta de ser unos babosos.- Pude notar como hacía una mueca con los labios, como intentando dar una sonrisa falsa.

-¿Qué te dijeron?- Me miró con preocupación, creo que me puse más serio de lo que se esperaba.

-N-nada, solo... Está bien, ya pasó.

-¿Qué te dijeron?- Repetí. Ella aclaró su garganta y miró al suelo.

-El chico que te habló fue el primero en acercarse. Noté como alguien me agarraba del culo, así que me di la vuelta y estaba él. Cuando me quise dar cuenta estaba arrinconada en esta pared.- Pude ver como se le tensaba la mandívula.

-Vale, recoge el pedido y espérame en la moto. Creo que voy a cruzarles la cara a esos dos cerdos.- Me iba a dar la vuelta cuando noté que me sujetaba por la manga de la chaqueta.

-No hace falta, déjalo estar.

-Ya, si no hubieras venido acompañada, ¿crees que te hubieran dejado en paz? Porque a mí solo se me viene el peor escenario posible a la cabeza.- Noté como su agarre se hacía más fuerte.

-¿Recuerdas lo que te dije hace un rato?- Eso me pilló por sorpresa, en ese momento la miré directo a los ojos, los tenía llorosos pero parecía tranquila.-La violencia solo genera más violencia, se fueron con el rabo entre las piernas, ¿no?- Yo asentí, un poco soprendido por sus palabras.-Pues ya está, no hace falta más. Gracias.- Sonrió tímidamente antes de volver a comprobar el número del pedido en el papelito arrugado en su mano derecha. Después miró hacia el mostrador y se aclaró la garganta.

Draken • Ken RyugujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora