63
ZADDYEL
Los cuatro nos reímos a carcajadas.
Me había reunido con Grayson, Alex y Jacob, ya que necesitaba despejarme un rato. Pero cada vez que tenía que esclarecer mis dudas, cada vez que quería entender lo que me pasaba, lo que me agobiaba, cuando me encontraba solo, no me resultaba fácil. Por eso, decidimos quedar un rato y les hablé de Alice y de mí, de cómo me sentía cada vez que estábamos juntos, y de las incertidumbres que veía en el futuro, de las cosas que no podríamos alejar de nosotros.
Las cosas eran complicadas para ella y para mí. Pero, ¡mierda!, me gustaba muchísimo. Por eso mismo no podía evitar besarla cada día. Se sentía como si llevara una vida haciéndolo, como si estuviera acostumbrado desde hacía años. Como... una rutina.
Sentí una adrenalina trepidante ese día, cuando la besé por primera vez. No se trataba de aquella adrenalina que sientes cuando vas a cometer un posible error, sino de la que se manifiesta en el momento en que tu corazón late a mil por hora, y sientes un cosquilleo que recorre tu espalda, luego tus piernas y brazos, y que por último se hace eco en tus pies.
En ese nervio, ese misterio, esa emoción, es donde descubres la verdadera adrenalina.
La conocí y fue una conexión instantánea. Conversaciones interminables, frases, canciones, risas... Me tocó, y un escalofrío recorrió mi piel. Le besé, y supe que no me cansaría nunca de ese sabor.
Al principio, recuerdo que pensé: «es un desastre»; «ella es un completo desastre...»; y cada vez que lo recordaba, me reía, porque no era cierto. Me había equivocado por completo. Los dos un completo desastre, y juntos creábamos un caos aún mayor. Y quizás por eso estábamos tan unidos, con esa química y esa conexión indescifrables pero ineludibles. Era algo que ninguno de nosotros podía controlar, porque aunque lo intentáramos, era simplemente imposible.
Ella estaba perdida. Era un caos, era evidente. No sabía dónde encajaba cada pieza, no tenía claro qué hacer, ni comprendía por qué todo se había vuelto tan confuso en su mente. Pero yo sí tenía una certeza: se estaba armando, poniéndose una máscara cada vez que era necesario.
Y ese día, cuando la vi gritar de dolor, cuando la vi brillar de verdad, entendí que sentía algo tan profundo y poderoso por ella, que me iba a costar la vida dejarla marchar si un día decidiera hacerlo.
—¿Vosotros dos estáis juntos? ¿Sois novios? —preguntó Alex después de un rato en el que había estado contándoles todas las experiencias que había vivido con Alice. Momentos, más que nada.
—No —contesté, apagando el cigarro y apoyándome en el coche, igual que ellos.
Me miraron los tres, expectantes.
—¿Qué sois entonces?
Levanté una de las comisuras de mis labios.
—No creo que lo vayáis a entender...
—¿Cómo que no lo vamos a entender? —se quejó Grayson, mirando a Jacob de reojo. Este último se encogió de hombros—. ¡No te vayas a ir por las ramas! ¿Por qué no quieres hablar del tema?
—Es difícil de explicar —me limité a contestar yo.
Todos se echaron a reír.
—¡Vamos, no puede ser tan complicado! —se burló Jacob.
—En realidad, sí que es un poco complicado —admití, inspirando profundamente antes de comenzar a explicarles—. Escuchad, ella es mi todo. Es parte de mi vida, pero no somos novios.
![](https://img.wattpad.com/cover/341070055-288-k562535.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El Camino de Nuestras Almas © ✔️
RomanceSegunda versión [COMPLETA] ¡PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO! ** Este es el primer libro de la bilogía: "Somos destellos eternos". Segundo libro todavía NO disponible. • • Alice ya no quería nada. Estaba en un callejón sin salida. Había perdido la ilusión y p...