CAPÍTULO 30

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ALICE


Sí, había recibido una especie de choque que me había dejado paralizada, sin vida, como yo solía decir. Era algo nuevo, un cambio confuso que me trasladaba a otro mundo, y solo podía concentrarme en la sensación de que algo se había ido, pero que quizá volvería. O de que alguien había desaparecido y necesitaba averiguar dónde estaba.

Tenía que descubrir qué ocurría, qué me pasaba, qué fallaba... Pero era más fácil hacer como si no quisiera explotar.

Para mí, la vida era un inmenso escenario. Tenía que hacer una buena actuación sin herir a nadie, sin mentir, sin ser cobarde. No importaba lo que sintiera. Era duro, pero no había otra opción.

Estaba muriendo por dentro, pero no podía hacer nada más que actuar.

Estaba intentando con todas mis fuerzas no actuar como me sentía.

El Camino de Nuestras Almas © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora