Rachel
Ajusto las almohadas tras su cabeza.
—¿Estás cómodo?
Sostiene la fachada de machito orgulloso mientras la roja nariz le moquea y los ojos se le cierran a cada nada.
Alterno los apretones que le doy a su mano.
—Debería estar trabajando —se queja con dificultad.
Tiene la voz congestionada y el cuerpo tan caliente como el sol cegador de Arizona en un día típico. Se me encoge el corazón al verlo luchar contra la gripa.
Llevo mis labios a su frente besándola amorosamente.
—Pero estás aquí, en casa, bajo los cuidados de tu amada esposa porque te encuentras enfermo —enfatizo—. Ya que... ¡oh, sorpresa! Eres un humano, mi amor. No uno común y corriente, pero humano a fin de cuentas.
Cierra los ojos.
—Los niños están por despertar. De seguro no querrán asistir a la academia porque querrán quedarse a cuidarte —continuo.
—Si, claro —ironiza—. Milenka me sostendrá el pañuelo con mocos, mientras Christopher Owen medirá mi temperatura. Todo con disposición y una sonrisa en el rostro. Hasta el perro se les unirá.
Niego disimulando la risa.
—Hablas como si fueran unos mounstros insensibles. Son nuestros pequeños niños, y te adoran. En cuanto te vean estarán preocupados por tu estado.
Abre un ojo.
—¿Quieres apostar?
***
—¡Cabezota! ¿¡Qué haces todavía en la cama!? ¡Levántate, vago!
Salgo del vestidor a toda prisa.
Hallo a Milenka de pie en el centro de la cama, junto a un Christopher semi consciente. Sin embargo, el como se encuentra no evita que le muestre el dedo del corazón a nuestra hija.
—¡Christopher! —le reprendo—. Cielo, ven aquí.
Bajo a Mile preocupada porque se contagie, entrelaza nuestras manos esperando alguna respuesta sin apartar su mirada inquisitiva de su padre.
—Papá está enfermo, cielo. Tiene gripa. No irá al trabajo hoy.
Jadea estranguladamente.
—¿Te sientes muy mal, papi? —suaviza el tono.
Su preocupación me conmueve así que llevo mi mano a su pequeña espalda sobando la zona.
—Sí, estoy muriendo.
Dramatiza y Milenka se lo cree.
—¿¡Qué!? —se desespera y huye en lo que trato de detenerla para calmarla—. ¡Owen! ¡Owen! ¡El cabezota se está muriendo! —Oh, dios mío—. ¡Mueve el trasero, Owen! ¡Rápido!
Consigue traer a su hermano a rastras. Tiene la mejilla marcada con la textura de las sábanas arrugadas y el pijama desacomodado.
—¿Qué le pasó a papá? —ignora el escándalo de su melliza.
—Tiene gripa, mi amor.
Dirige sus ojos al hombre enfermo en el centro de la cama King.
—Oh —musita inexpresivo—. Qué mal, supongo. —Se saca a su hermana de encima con un empujón—. Ya, Milenka. Suéltame. Él estará bien, detén el drama. Tan solo míralo.
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✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯
Fanfiction«Somos 𝒍𝒂𝒔𝒄𝒊𝒗𝒊𝒂, somos 𝒍𝒖𝒋𝒖𝒓𝒊𝒂 y somos 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐. Somos 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒐𝒔 que no le envidian nada a 𝒍𝒐 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐» - - - - - - - - - - - - -
