Caer, levantarse y continuar.

242 21 0
                                    

Jueves. Hoy es jueves y Mario y yo hacemos una semana. Mañana acabamos las clases, y con ellas, el curso. ¡Empieza el verano!

Hoy está programado ir de excursión al monte. Lo sé... No muy original pero... Así es mi instituto.

Mario me ha pedido ir con él en el autobús. Le he dicho que si... Pero también me gustaría estar con mis amigas.

La idea seria ir al fondo del todo, donde hay cinco asientos juntos. Así puedo estar con mis amigas y con él. Pero esos asientos son los mas queridos del autobús, y para conseguirlos, tendremos que pelearlos. En fin...

Llegamos al autobús y logramos nuestro objetivo. Mario se sienta al lado de la ventana, luego yo, seguida de Amanda, Ruth y Valeria.

El trayecto pasa y cuando llegamos, chicos se van por un lado y chicas por otro.

-Tía, necesito consejos con un chico. ¿Me ayudas? -Me pregunta Cecilia.

-Obvio, aquí para todo.-Contesto.

-Vale... ¿Podemos dar un paseo mientras te lo cuento?

Asiento y me levanto del banco cuando Cecilia invita a Ruth y a Valeria a unirse

-Vale. Mi situación es la siguiente...-Empieza Cecilia.-Me gusta un chico pero no sé si él siente lo mismo, ¿qué hago?

Recapacito unos segundos y por fin digo:

-Es exactamente lo que me pasó con Mario. Y mira como estamos...

-Bien hasta que te ponga los cuernos.-Suelta Ruth.

-No tiene por qué hacerlo...

-Pues por eso lo hará.

Me extraña la reacción de Ruth. Es una de mis mejores amigas, o eso creo... Porque últimamente ella y Valeria están insoportables. Podría asegurar que... desde que salgo con Mario.

-Tú que sabrás...-Contesto al fin.

-Mucho.-Replica.

-Vale Ruth, vale.

-¿Podemos volver a lo mío? -Pregunta Cecilia.

Y mientras las tres debaten lo que debe o no debe hacer Cecilia con su chico, yo me hundo en mis pensamientos.

Sabia que a mis amigas no le gustaba el tema de que andase con este chico, pero claro, como comprenderéis, es mi vida, no la suya. Y como anteriormente he dicho, yo soy la única que puede elegir si quiere o no quiere arriesgarse. Y en este caso, quiero. Y si me equivoco es mi problema. No pierdo nada, porque al fin y al cabo, un error hace que aprendamos un poco más de algo. Porque es así, ahora y siempre. Aprendemos a base de fallar y caer. Y si somos lo suficientemente valientes como para levantarnos, okey, se podría decir que pasamos al siguiente nivel. Y eso es lo que voy a hacer yo. Si caigo, me levanto y continuo. Pero igual al arriesgarme no caigo. Eso lo tengo que descubrir yo.

¡Eyy! Me gustas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora