Suficiente

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Salgo del cuarto de baño y me encamino al balcón de mi cuarto. Me asomo e intento ver algo. Pero no hay caso.

Tal vez lo que tenga que hacer es simplemente colarme...

Después de todo, tampoco es una idea tan descabellada. Quiero decir, es la casa de mi novio. Y lo que es de él, también es mío y viceversa. Ósea que su casa se podría considerar la mía... ¿No?

Salgo de mi casa y me acerco a la suya, que como recordareis, está al lado de la mía.

Tocar el timbre y entrar por la puerta está más que visto... Además, la idea seria pillarlos in fraganti.

Decido entrar por la ventana que da a la cocina.

Me asomo por esta y compruebo que no hay nadie. Mejor.

Y a pesar de mi torpeza, consigo colarme en la cocina con el mayor sigilo posible. Claro, hasta que por una razón o otra, tiro el cartón de huevos que había en la mesa, al suelo.

Pero un milagro hace que nadie lo oiga.

Seguramente los padres de Mario aun no han llegado a su casa...

Aunque Lisa y él perfectamente podrían haberlo notado.

Seguro que estarán demasiado ocupad... No, mejor ni pensarlo.

Me encamino a la habitación de Mario y cuando llego a esta, me encuentro la puerta entrecerrada.

Primero pongo la oreja, haber si oigo algo...

Pero no. Está todo en silencio.

Me asomo y poquito y... y me quiero morir.

Están sentados en la cama y él le está poniendo el pelo detrás de la oreja.

Trago saliva. Eso lo había conmigo...

Y entonces observo, como delante de mis narices, él se acerca hasta ella y la besa lentamente.

Cierro los ojos.

Suficiente.

¡Eyy! Me gustas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora