Capítulo 44

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✵༄ Lando Norris – 

La vi bailar. La vi reír. La vi pedir más bebidas de las que podía contar. Durante toda la noche, todo lo que había hecho era observarla. Como si no fuera capaz de creerme que tenía a alguien como ella en mi vida.

Y es que realmente no lo hacía. No podía si quiera empezar a procesarlo.

La idea de dormir con ella, despertar a su lado y escuchar su primera risa del día, de ser la razón de esa risa que se había convertido en uno de mis sonidos favortios. De poder estar a su lado cuando cerrara sus ojos y cuando los abriera al día siguiente. Parecía mágico, irreal.

— Te ves tan enamorado que me da dolor de cabeza. — La voz de mi amigo detrás de mí me hizo desviar la vista de mi chica por unos segundos.

George me sonreía mientras su mirada viajaba de mí a la rubia que bailaba animada. — No estoy enamorado.

El se rió. — Ya, lo que tu quieras creer. Pero tratar de convencerte a ti mismo es inútil. Eres demasiado obvio cuando la miras.

— Nos estamos conociendo, tomando las cosas con calma.

— Puedes tomarte las cosas con calma, y aún así sentir todo lo que sientes. — Se encogió de hombros. — No te había visto así hace mucho tiempo, y creo que incluso entonces no era tan fuerte como ahora.

Suspiré. — Da algo de miedo. — Me atreví a confesar. — Sentir todo esto tan rápido... No lo sé, simplemente no soy capaz de imaginarme un futuro sin ella, y siento que si se lo digo podría asustarla.

El se rió y su mano fue a mi hombro mientras negaba con la cabeza. — Esa chica te mira con el mismo brillo que tu a ella; si no te sientes listo para decírselo aún, esta bien; pero no dudes que ella siente lo mismo.

Asentí con una sonrisa. — ¿Cuándo te volviste sabio?

— Siempre lo he sido, cabrón. — Me contestó con fingida molestia y ambos reímos mientras yo le daba un trago a mi bebida.

— Le dije que la quería. — Confesé segundos después, tomándolo por sorpresa.

— Eso es genial, Lan. ¿Qué dijo ella?

Sonreí. — Lo correspondió. Y lo hemos dicho un par de veces más luego de eso.

Mi amigo sonrió y dejó una palmada en mi hombro, felicitándome.

— Estoy cansada. — Dijo con un bostezo una voz que conocía muy bien.

Sonreí mientras miraba a mi hermana acercarse, mientras cubría su boca. — Tu hora de dormir ya pasó.

— Eres un idiota. — Me contestó mientras ponía los ojos en blanco.

George se rió de ambos y se alejó de mí. — Vamos, pequeña Norris, yo te llevo. — Le dijo acercándose y poniendo su mano en el hombro de la castaña.

Los miré a ambos con el ceño fruncido. — Con cuidado. — Le dije a George serio, mientras lo miraba fijamente.

El se rió y alejó su mano, levantando ambas en señal de inocencia.

Bufé mientras desviaba la mirada, Cisca se despidió de mí y se acercó a despedirse de las chicas y pilotos, para luego salir del club con George a su lado.

Me acerqué a Cass, colocando mis manos en su cintura mientras me daba la espalda. Bajé mi cabeza, moviendo su cabello para dejar un beso en su cuello. — Hola, rayito.

Ella rió suavemente, encantada. — Hola, ricitos.

— ¿Quieres salir ya de aquí? — Le pregunté en un susurró en su oído.

Love on Track | Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora