Love on Track | Lando Norris

Capítulo 60

✵༄ Lando Norris – 

Hay muchas maneras lindas de despertar en el mundo, yo mismo podía decir que había probado varias, pero nada se podría comparar jamás a despertarme con las manos de mi novia en mi pecho, y sus besos en mis labios.

Sonrío inconscientemente, y desearía quedarme aquí por siempre, aunque Cass se detiene a los pocos segundos de haber empezado, y acaricia mi cabello.

— Lan... Despierta. — Ni si quiera necesito abrir los ojos para asegurarme del pequeño puchero que debe estar haciendo con los labios, y me rió ante su tono quejumbroso.

— Déjame dormir rayito. — Me quejo, con la intención de dormir un rato más.

Ella gruñe y sacude mi cuerpo, moviendo mi hombro. — Porfavor Lando, es importante.

Joder.

Me giró y abro los ojos con pesar, aunque al ver por la pequeña ventana de la habitación, y solo ser recibido por oscuridad mis alarmas se alertan, si aun no amaneció, ¿Por qué me está despertando Cass? ¿Pasó algo?

La miró, tratando de detectar algo malo, pero ella parece estar bien, se ha vuelto a poner su ropa interior, aunque estoy seguro de que ayer ambos nos quedamos dormidos desnudos.

— Se puede saber ¿Qué haces despierta antes de que amanezca?

Ella frunce el ceño, como si fuera una niña pequeña a la que acaban de regañar, y yo muerdo mi labio para contener la risa. — Tenemos algo importante que hacer, vamos.

Confundido la observo levantarse de la cama, y señala la mesa de noche, donde dos piedras blancas me devuelven la mirada.

Suelto un gemido ahogado al recordar la historia, lo había olvidado, y la simple idea de salir de la cama ahora suena como una tortura. — Cass, ¿Acaso tu tienes alguna idea de la temperatura del agua a esta hora? Está literalmente congelada, el sol no la ha calentado porque aún no salió, es una locura.

La rubia me devuelve la mirada contrariada. — Pero el deseo... — Susurra y desvía su mirada, como si estuviera analizando mis palabras, antes de que suspire segundos después. — Bien, si, tienes razón. — Se encoge de hombros y se vuelve a meter a la cama, abrazándome.

Y sé que está dispuesta a dormirse y olvidarlo; sé que podría acomodarme y atraerla hacia mí y dormir un par de horas más. Pero no puedo, no cuando recuerdo el brillo en sus ojos mientras la anciana contaba la historia, o cuando le dije ayer que vendríamos a esta playa.

Así que bufó resignado mientras me siento en la cama. — Luego nos vamos a dar un baño caliente y dormir un par de horas más, ¿Entendido?

Ella me mira con emoción y asiente sin pensarlo. — Lo que tú digas.

— Anda, ponte un traje de baño rápido, antes de que amanezca. — Pongo los ojos en blanco, realmente me tiene como quiere.

Me apresuro a ponerme algo de ropa y ambos salimos de la habitación, la fría brisa del próximo amanecer nos da la bienvenida, y no necesito mirar a Cassandra para saber que está temblando.

— Estás jodidamente loca.

Ella se encoge de hombros. — Bueno, estás atascado conmigo ahora.

Me rió porque es cierto, he despertado hace unos minutos y mi cerebro no parece funcionar aún. Pero es cierto, ella es mi novia ahora, se lo pregunté y ella dijo que si.

Mierda.

— Bien, novia. — Digo divertido. — ¿Quieres ir primero?

Ella niega. — Nah, te dejo los honores a ti.