Capitulo 31: "Vergüenza"

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Jessie. 

Hace no más de una semana tenía a Harry frente a mi, arrodillado en el suelo, roto y vulnerable como un bebé. Dispuesto a contarme más de lo que alguna vez creí. Un Harry débil y que por primera vez desde que lo conozco, se dejó ver tal y como es, un animal herido. 

Un chico que a pesar de estar tan jodido, creí en esos momentos que podía llegar a conocerlo, que podía llegar a ayudarlo. Al que le creí -como siempre- cuando dijo que no me podía amar porque debía protegerme. Ese era el último recuerdo que tenía de Harry, un chico dolido, solitario y frágil que necesitaba de todo el amor del mundo de una persona para poder curarse, y aunque, yo creía que lo podía curar, era obvio que eso jamás iba a ser posible. 

Harry nunca cambiaría y aunque "tenía motivos" para ser como era, eso no significaba que las personas que estaban a su alrededor lo iban a aguantar. Claro que no. 

Luego de seis días sin haberle visto el pelo, regresó. Con un muy mal aspecto y obviamente, con toda la mala vibra del mundo. Todavía sentía mi garganta quemar cada vez que tragaba intentando aguantar las ganas de gritarle lo imbécil que era, cada vez que recordaba como le gritó a Zayn que jamás me iba poder llevar a la cama, como él lo hizo. 

No sé como alguna vez puedo creer en él, pero la verdad, no estoy tan dolida sentimentalmente. Porque vamos, no nos hagamos de la vista larga; era obvio que Harry jamás me amaría como él dijo. Lo que dolía era el orgullo, la forma en la que gritó que me llevó a la cama, como si yo fuera un animal frente a todos. La manera en la que, obviamente se llenaba su ego de macho insultándome. Ni siquiera concibo como una persona puede estar tan jodida, como una persona puede saber lo que es el dolor puro y aún así, no sentir remordimiento de hacerle sentir eso mismo a los demás. 

-Harry, sal de aquí. Como vas...- Sentenció Louis prácticamente sacando a Harry a empujones de la sala común donde nos encontrábamos todos.- Vamos a que te des una ducha, y te quites esa maldita ropa de encima.- Era una buena excusa, la verdad lo necesitaba, pero era obvio que Louis quería sacar con urgencia a Harry de allí, así nos evitaríamos otra discusión causada -obviamente- por el ojiverde.

-Bien, bien.- Sorprendentemente no se quejó, no se rehusó y no hubo un comentario sarcástico de vuelta a Louis. Harry solo se limitó a mirar a Zayn con lastima y sonreír con esa sarcástica sonrisa que daban ganas de arrancarle todos y cada uno de sus dientes.

Pude ver la absoluta mirada de odio y asco que Zayn le dedicó sin disimulo alguno. El pelinegro tomó tanto aire como pudo luego de que Harry saliera de la sala común seguido de Louis; y se sentó en el brazo izquierdo del sofá en el que estábamos antes de que Harry llegara. 

Todos los demás intentaron seguir en lo que estaban haciendo, supongo que esto era un poco más normal para ellos que para mi. La atmósfera cerca de Zayn no se sentía correcta. El chico estaba encorvado, mirando al suelo. Ambas manos en su regazo entrelazadas y su largo mechón tapada gran parte de su rostro, por lo que no podía ver por completo su expresión. Aunque no dudo, no era una buena. 

No sabía si era buena idea acercarme más, pero de todas maneras lo hice. Me senté en total silencio frente a Zayn en una silla aparte. Él no me miraba, tenía su vista en el suelo y sus labios estaban totalmente sellados.

-Zayn...- Hablé por primera vez y sentí como si hubiera acabado de caminar sobre fuego descalza. Yo no quería herirlo, no quería decir nada que lo hiriera, pero quería decir algo. Quería al menos hacerle ver que yo no era igual de mierda que Harry. Que aunque, fui una estúpida para no darme cuenta de lo que él sentía por mi, eso no quería decir que no me preocupaba por él. 

Su pierna moviéndose una y otra vez de arriba hacia abajo me hacía ver lo nervioso que probablemente se encontraba. Torció su boca en una mueca y mordió su labio inferior. Me lamenté por no saber que decir. No podía ser tan estúpida como para no poder ayudar a alguien como él.

-Hey, Zayn no me importa lo que haya dicho Harry allí...- Ya sé, acabo de decir una total estupidez. Eso no lo ayudará en nada. Me lamenté por eso. Mordí mi labio y sentía una desesperación increíble cuando no obtuve ninguna respuesta del morocho. Ni un suspiro, nada.  Mi garganta dolía del nudo tan grande que se estaba formando. La impotencia de no poder decir algo coherente que en realidad lo ayudara me estaba haciendo sentir como la persona más mierda de este mundo. 

Suspiré y opté por colocar mi mano izquierda encima de la suya. Al menos si no me quería hablar y si yo no podía decir algo inteligente, quizás con eso podía ayudar en algo. 

En ese mismo instante, Zayn apartó su mano de la mía. Cerró sus ojos con fuerza y miró hacia el lado opuesto a mi. Pude sentir una gran decepción hacia mi persona. No lo había ayudado en nada, incluso, puede que lo haya hecho sentir peor. 

-Zayn, por favor...- Y me miró. El moreno me miró y pude sentir la auténtica vergüenza en sus ojos. Un chico tan noble como y tan frágil como Zayn, era obvio que unas palabras tan descuidadas como las de Harry le afectarían. Los ojos del morocho demostraban vergüenza y dolor, mucho más de lo que se podría explicar con palabras. 

Se supone que iba a hablar, se supone que iba a reconfortarlo y a decirle que no importaba lo que sea que Harry pudiera decir en su contra, yo siempre confiaría en el; pero no pude. Simplemente, no podía decir una palabra, las ganas de arreglar todo esto estaban carcomiendo mi vida, pero era imposible para mi decir palabra alguna. 

Mi mirada se quedó clavada en la de Zayn por varios segundos, hasta que me obligue a actuar. 

-Zayn, no importa. No me importa nada de lo que haya dicho Harry, Yo sé que tu no lo sientes así de sucio... como él lo hizo sonar.- Tragué saliva duro y no despegué la mirada de la de Zayn, tanteando y rogando no haber dicho algo mal.

-No, no lo siento así de sucio.- Habló por primera vez cambiando su mirada al suelo. Apreté nuevamente su mano y él sonrió sin ganas.- ...pero lo siento...- habló desganado y  la misma vergüenza que sentía en sus ojos, la dejo salir por sus labios. Pude sentir el miedo que dejo salir junto con esas palabras.

-Zayn, yo...- No me dejó terminar. 

-No, Jessie. Shhh.- Colocó su dedo índice en mis labios y negó con una sonrisa forzada y débil.- No me digas nada, por favor. No quiero saber nada de lo que me tengas que decir porque, yo no soy tonto, ¿sabes? yo sé todo lo que me vas a decir y créeme, no quiero escucharlo.- Soltó el agarre de mi mano y sonrió sin gracia hacia el suelo.- Nadie se había dado cuenta, nadie se lo imaginaba si no hubiera sido por el imbécil de Harry, que decidió restregármelo en la cara, aún nadie lo hubiera notado.

-No tenías que esconderlo, Zayn...- Hablé más para mi que para él, pero me escuchó y me miró bastante desconcertado.

-Jessie, vuelvo a repetirte que no soy tonto. Yo sé perfectamente cuán enamorada estás de ese idiota y no importa si lo mantenía para mi o no, eso no iba a cambiar nada.

-Zayn, quiero decir...- Volvió a interrumpirme.

-No. No digas nada. Ni siquiera te habías dado cuenta. Es obvio, Jessie. No te importo de esa manera y está bien,- Se apresuró a alzar su mano en forma de advertencia.- yo jamás esperé nada más de ti que no fuera una amistad. Aunque creo que ahora eso estará un poco jodido también...

Me torturaba ver como aún estando en esta situación donde él era el perjudicado seguía intentando ser amable y compasivo. Era obvio que no quería hacerme sentir culpable y también era obvio el dolor que sentía. Quiero decir, sé como se siente amar a alguien que no te ama devuelta. Yo quería decirle algo que lo reconfortara, pero la realidad era que no tenía nada para él. Ni siquiera estaba segura de tener algo para mi misma. Y era una lastima, el mejor chico que podría encontrar en este mundo, lo tenía frente a mi. Y el peor, a unos metros. Eso esa lo más jodido de todo, si me hacía elegir, elegiría al peor. Así de enferma y jodida estaba mi situación. 

-Zayn, cielo... lo siento tanto.- Fue la única estupidez que se me ocurrió.

-No tienes nada que sentir, al fin y al cabo yo nunca me hice esperanzas contigo y tampoco espero nada de ti. Yo sé bien que esto no es un cuento de hadas. Aquí no existe el protagonista bueno que se queda con la princesa. Esto es la vida real y aquí las princesas eligen su infierno, y tu has elegido el tuyo certeras veces y está claro, que no soy yo. 

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2015 ⏰

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