Jessie.
¿Que pasa cuando el hombre que creías, era el hombre de tu vida te golpea? Imaginalo, estás tirada en el suelo, a sus pies. Tienes la mejilla derecha ardiente por el golpe y él te mira desde arriba, con desprecio y una sonrisa enfermiza. Sabes que él tiene el control. Sabes que no puedes contra él porque simple y sencillamente siempre será más fuerte que tú. Pero, ¿Tu le hiciste algo? Tu no le has hecho nada. Absolutamente nada, son sus demonios los que le impiden ver la realidad. Los mismos que destruyen a ambos día a día.
//-¡Mamá!- Gritó el pequeño Harry cuando vió a su madre tirada en el suelo frente a su hermano luego de aquella cachetada. Las lágrimas del pequeño ultimamente se estaban haciendo constantes.\\
La vena en el cuello de Harry estaba a punto de explotar. Me miraba con mucho odio, era como si me quisiera matar. Me arrastré temblorosa lejos de él hasta que no pude ir lejos; pues la cama me impedía ir más allá. No era la primera ves que me pegaba y tampoco sería la última, eso era obvio. Miré sus brazos, sus puños estaban rojos de tanto apretarlos y sus nudillos estaban blancos. Pronto dejó esa posición y paso ambas manos por su cabello como si estuviera desesperado por algo. Se dió media vuelta con su mano derecha en la mandíbula y luego se viró bruscamente hacía mi con una expresión muy dura. Su rostro era tan rojo que asombraba y su voz era profunda y quebrada.
-¿Por qué me haces esto?- No, ustedes no leyeron mal y yo no escuché mal. Realmente me había preguntado eso. Alguien en su sano juicio definitivamente no actuaría así.- Maldición, Jessie. Yo... yo no quería hacerte eso.- Reprochó señalandome con un dedo. Volvió a pasar su mano por su ya alborotado cabello.
-Harry...- Quería de verdad decir algo, algo que me sacara de esta situación y algo que lo hiciera entender de una ves por todas lo loco que estaba. Obviamente esas palabras nunca salieron de mi boca. Él estaba hechandome la culpa, su forma de actuar de lo dejaba claro y no era la primera ves. Muchad veces anteriores me hechó la culpa de sus malditos errores.
-No digas nada, Jessie. Solo... solo levantate de ahí.- Terminó por decir y salió de la habitación haciendo resonar el portazo en todo el edificio.
Era de esperarse. Él comete el error, yo pago por algo que no hice y no hay consequencias. Y así, sucesivamente sigue exactamente el mismo patrón cada ves peor.
Me levanté del suelo totalmente humillada, molesta y dolida. Las lágrimas que amenazaban salir de mis ojos las detuve deteniendome frente a la puerta, respirando hondo. Tomé la manecilla de la misma tan fuerte que un sonido salió de ella, podría haberse roto por dentro. Salí de allí y caminé lo más lento que mis piernas aguantaron. No porque estaba cansada, sino porque no quería llegar al auto. No quería estar cerca de Harry, yo sabía y siempre supe desde un principio que su cercanía me traería muchos problemas.
Salí al estacionamiento y allí estaba él, dentro de su auto. Miraba hacia abajo y tenía el celular en sus manos. Los rayos de sol iluminaban su perfil de manera gloriosa. Solamente yo sabía que detrás de esas sonrisas que hacen morir a millones de jovencitas, detrás de ese perfil de dios griego se encontraba uno de los seres humanos más oscuros y sádicos. Sentí mi cuerpo temblar y vibrar cuando posó sus ojos esmeralda brillante sobre los míos. Sin parpadear, sin ningún otro movimiento. Apreté mi mandíbula y caminé hasta el auto. Temblorosa lo abrí y me introdúje en el. En silencio arrancó el auto y asi transcurrió todo el viaje hasta el aereopuerto.
Le di las gracias a Dios cuando llegamos y vi muchas personas de ambos equipos y a todos los chicos. Aunque ellos también habían robado mi trabajo me daba seguridad tenerlos a todos allí. De esta manera, Harry no me podría hacer más daño.
-Pequeña.- Saludó Louis cautelosamente por la última ves que nos vimos. Yo seguía molesta con todos, pero no haría más escandalo. Al final, ya no había nada más que hacer.
-Hola, Louis.- Respondí bastante seria. Hacía mucho sol y había mucha gente alrededor acomodando nuestras maletas y preparandose para entrar al avión. Pudé ver como Zayn me miraba y su expresión era triste, diferente a la de Louis que era de confusión contínua.
-Jessie, ¿Por qué estás tan enojada conmigo?- Y todavía lo preguntaba. No iba a ponerme a reclamarle ahora, así que decidí ignorarlo.
-Louis, solo no tengo tiempo ahora, ¿bien? Hablamos luego.-Despedí lo más rapido que pude y corrí a ver a mi equipo.
Algunos minutos más tarde teníamos nuestros boletos de avión y la mayoría de las personas habían subido. Solo se encontraban abajo del avión Zayn y David los cuales estaban hablando y no creo que era amistosamente. Pasé por el lado de ambos y Zayn volvió a bajar su cabeza. Sus ojos caramelos mostraban tanta tristeza que llegaba a doler. Me olvidé de eso por ahora y me dispuse a entrar al avión y mirando mi boleta, conseguí el número de mi asiento. Estaba como a cien metros de distancia atrás de todos los demás. Vaya suerte. Mientras más me acercaba más distinguía la cabeza de rulos que estaba al lado de mi asiento. ¡Oh, claro que la distinguía! Harry Styles. Cada ves tengo más suerte, maldición.
Pasé por su lado como si no hubiera nadie. En estos momentos no estaba más dolida. Me sentía sumamente molesta con el mundo entero básicamente. Me había mostrado el ser mas dèbil del mundo y por eso estaba sufriendo tanto, como él mismo me dijo. Yo era definitivamente el alma pura a la que estaban mutilando lentamente y si no hacia algo pronto, él terminaría con mi alma, más rapido de lo que podía imaginarme. Me senté y miré hacía su lado opuesto. Era largo el viaje. Miré mis manos, y miré de reojo las suyas. Estaban relajadas puestas suavemente sobre sus piernas. El avión comenzó su viaje largo y aburrido.
-¿Joven, algo de comer?- Escuché la azafata hablarnos a ambos. Negué con la cabeza y sentí la mirada de Harry sobre mi.
-Dos botellas de agua, por favor.- Pidió por ambos, como siempre.
-No quiero.
-Será bueno para que te relajes un poco.- Fue más una afirmación que otra cosa y me entregó la botella. Como si tomar agua me hiciera olvidar todo el daño que él mismo ha causado en dos meses más que en toda mi vida. Bebí algo de ella y la dejé a mi lado nuevamente. Él sonrió de medio lado y volvió a hecharse hacía atrás y cerrar sus ojos.
Luego de casi 15 horas de vuelo al fin llegamos a nuestro primer destino, Japón. Al bajarnos del avión habían decenas de fans esperando por nosotros. Primero saludé yo y luego de algunos minutos bajaron los chicos. De cerca pudé ver por los cristales como Harry firmaba decenas de fotos y carteles dedicados a él. Sonreía tan ampliamente, reía con las fans. Les hablaban y él contestaba dulcemente. Le gritaban que lo querían y el les gritaba que las quería más. Era el chico perfecto, el joven millonario más deseado de todos los tiempos.
Si los vieras, jamás ni en un millón de años te imaginarías el verdadero Harry Styles. Era triste, era demasiada irreal y desastrosa la realidad que se vivía día a día con el verdadero Harry Styles.
Caminamos hacia el hotel muy cautelosamente que quedaba a dos minutos de allí. Llegamos y era lujoso y enorme, como era de esperarse. Cada uno subió por escaleras distintas a distintos pisos. Yo me encontraba en el 7 y posiblemente a alguno de los chiso le haya tocado cerca de mi. Entré a mi habitación, bastante acojedora y hermosa. Nada como lo anterior. Me despojé de las pocas cosas que tría en las manos y me senté en el sofá cerca de la ventana. Era una linda noche en japón.
Eran casi las 10 de la noche cuando decidí salir de mi habitación de hotel por un café yo misma. Quería ver el hotel, hablar con alguien si se me presentaba la oportunidad. Caminar, observar, salir de estos pensamientos. No había llegado a la puerta bien cuando sonaron unos golpecitos en ella. No me pareció extraño. En estas estadias siempre pasa esto. La abrí y Harry estaba frente a mi. Tragué dificultosamente y di varios pasos hacía atrás inconsiente. Él entró a mi habitación y cerró la puerta suavemente.
Tenía una pijama de nilón que se veía bastante comoda, una camisa sencilla totalmente blanca, su pelo estaba atado en una coleta alborotada y traía en su mano una botella de agua. Se sentó en la cama y yo me paré frente a él. Me cruzé de brazos y no es que no tenga miedo, lo tenía. Más cuando él me miraba tan fijamente sin mover un solo musculo, pero estaba harta de su comportamiento. Era el miedo o mi vida.
-¿Qué haces aquí, harry?- Pregunté más cansada que otra cosa.
-Vengo a pedirte perdón.- Confirmó firmemente y tomó un sorbo de su botella.
Obviamente, no podía ser posible.
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Evil Angel |Harry Styles|
FanfictionNo puedes escapar. Incluso, te aseguro que cuando puedas, ya no querrás.