Evil Angel |Harry Styles|

Capitulo 8: "Traición"

Jessie.

Luego de la horrible experiencia con Harry decidí irme. Primero,  mis días de descanso se habían acabo. Segundo,  tenía que viajar a España para una presentación y entrevistas. Tercero, mientras más distancia pudiera poner entre Harry & yo mucho mejor. No iba a ponerme a arreglar las maletas de nuevo, olvídenlo. Salí caminando por pasillo bastante lento. Tenía las manos un poco lastimadas y las lágrimas querían correr por mis mejillas, me sentía muy mal. Todo el lugar estaba en silencio, miré a todas partes temiendo ver al demonio con rulos, gracias a Dios no estaba. Pensé dos veces si tocar la puerta del camerino de los chicos, quería despedirme de Zayn pero rogaba no encontrarme con nadie más. En cuento llegué me recosté de la puerta. 

-Demonios...- Susurre para mi misma. Sentía una tensión, una electricidad. Era como si estuviera a punto de ver algo que me cambiaría la vida. Respiré profundo y miré al techo. Hice una mueca & toqué la puerta, luego de algunos segundos un pelinegro con cara triste me abrió.

-J-jesie.- Pude ver y escuchar su voz temblando y su cara de asombro. No le di mucha importancia, aunque cada ves era mas extraño.

-Vine a despedirme, Zayn.- Le dije con una media sonrisa y él salió y cerró la puerta torpemente. Antes que la cerrara pude ver muchas fotos colgadas del techo y de las paredes. Fruncí el seño e hice una mueca con mis labios.- ¿Que es eso?- Señale a la puerta que ya estaba cerrada refiriéndome a adentro.

-¿El que? ¿E-eso? Eso... oh, eso.- Repetía demasiado nervioso para mi gusto y con una sonrisa tonta en sus labios señalando la puerta tras de el.- Oh, si... eso.- Volvió a repetir suspirando y rascó su cabeza.

-Si, Zayn.- Reí y lo miré con una ceja alzada.- ¿Que es?- Pude ver su sonrisa nerviosa y su nuez bajando y subiendo gracias a que tragaba. Fruncí el seño mirándolo a los ojos pidiendo una explicación.

-Eso es, nada...- La última palabra casi la grito y volvió a reír. Se me hacia tan extraña la forma de actuar de Zayn. Yo tenía que saber que había allí exactamente.- Es solo algo que esta haciendo David. Ideas, ideas para... ya sabes, cosas.- Termino diciendo y yo solo asentía como una mueca de desconfianza, pero al final le hice pensar que me había convencido. 

-Hmm, bien. Bien,  Zayn.- Le sonreí y toqué su brazo en forma amistosa. El pelinegro miró mis ojos e hizo una mueca de tristeza.

-Ya te vas, ¿no es así?

-Así es.- Me sonrió tiernamente y me abrazó. Le devolví el abrazo fuerte y me volví a encontrar de frente con la puerta. Tenia muchísima curiosidad de ver que había allí dentro y mientras más lo pensaba más electricidad sentía en el cuerpo, más ganas.- Te quiero, Zayn. Gracias por todo, morocho.- Le agradecí con una sonrisa en forma amable y pude sentir su mirada de culpabilidad. Casi no me veía a los ojos y estaba muy nervioso, a este chico le pasaba algo. 

-No hay de que, pequeña. Te quiero mucho. Cuídate, por favor, ¿si?- Volvió a sonreír y besó mi frente.- Cuídate de Harry, por favor.- Fue lo último que dijo y sentí auténtico miedo al escuchar su nombre.

-Si, me voy lejos de él.- Intenté darle una sonrisa pero era imposible. Esto que he vivido jamás pensé que me pasaría. Digo, ¿quién iba a pensar que Harry Styles era así? Pero ya me habían advertido, era mi culpa nunca debí dejarlo entrar a mi vida. Pero ya era tarde para lamentos. 

-Nos veremos pronto en los premios. Estaremos allí y veré como estas, seguiré al pendiente de ti.- Tragué saliva en ese momento. Podía irme de al lado de Harry, podía romper con él. Pero claramente siempre lo tendría cerca en ocasiones como estas.

-Bien. Adiós, Zayn.- Salí de allí y fui a las escaleras.  Vi desde allí como el moreno cogía su cabeza con sus dos manos y negaba. Luego de eso se fue. Miré la puerta una y otra ves, no debía hacer esto pero algo me decía que tenia que ir allí. Lo dudé y me lo plantee muchísimas veces hasta que decidí ir. Corrí hasta la puerta, miré hacia los lados y no había nadie, entré.

Habían cientos y cientos de fotos de los chicos. De bebés, pequeños, grandes. De cuando estaban en la escuela, fiestas, premiaciones. Fotos de todo tipo. Sonreí por inércia y tome una foto de Harry en las manos arrancándola de los cables en el aire. La miré detenidamente, ¿como era posible que este pequeño adorable fuera quién es ahora? No pude contener mas las lágrimas y salieron. Tiré la foto al suelo y con mi mandíbula apretada fui hasta el escritorio. Allí estaba mi carpeta, era claramente mi carpeta. Los latidos de mi corazón cada ves eran más fuertes y rápidos. La tomé en mis manos y la apreté fuerte contra mi pecho. Cerré mis ojos con fuerza negando con la cabeza. No quería que esto fuera lo que estaba pensando.

-N-no puede ser.- Dije para mi misma torpemente. Abrí mis ojos y volví a mirar todo el lugar, exactamente como lo había descrito en mi trabajo. Y en ese momento me acordé de cuando Harry salía de la habitación aquella mañana tan misteriosamente.- ¡Como pude ser tan idiota!- Me recriminé a mi misma.

Caminé temblorosa hasta la computadora frente a todo aquello, con una chispa de esperanza de que todo esto fuera todo casualidad. Tiré la carpeta al suelo y vi en la pantalla a los cinco chicos frente a ella. Estrujé las manos contra mi rostro, mordí mi labio fuertemente. Sentía una adrenalina gigante dentro de mi, tenía mucho miedo de confirmar lo que ya era obvio. No podía concebir como me habían hecho esto, era imposible. Mis temblorosos dedos tocaron la pantalla de la computadora; "Play".

"Written in these walls are the stories that I can't explain, I leave my heart open but it stays right here empty for days..."

Di algunos pasos hacia atrás automáticamente viendo correr el vídeo hasta que no pude ver más porque mis lágrimas no me lo permitieron. Sentía el auténtico dolor en el corazón. Demasiada impotencia y humillación. Negué con la boca abierta mientras mis lágrimas corrían sin poderlas parar, apreté mi mandíbula con muchísima rabia. Sentía demasiadas cosas en ese momento. Me sentía usada, dolida, humillada era el peor sentimiento y la peor traición que jamás imagine. ¿Por qué? ¿Por qué mierdas? ¿por qué? Dolía el doble darse cuenta de que por esto Harry estaba como estaba. Nunca le importe ni yo, ni nuestra relación, ni una mierda. Todo lo que quería era esto y era tan difícil para mi concebir como alguien era tan frío y calculador para no tener sentimientos y hacer una cosa así. Quería verlo, quería matarlo con mis propias manos, la impotencia que sentía era algo del otro mundo. Mis pensamientos y mis sentimientos se fueron a la mierda cuando abrieron la puerta;

... Harry. Maldito hijo de puta.