Capitulo 18: "Cuando la maldad conoce la dulzura"

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Harry.

-¿Y acaso no estoy metida en toda esta miseria ya?- Escuché preguntarme amargamente.

Era sumamente extraño tenerla frente a frente y sentir mis manos temblar en su rostro. Odiaba estos momentos de mi vida, odiaba ser débil. Por eso la odiaba a ella, ella me hacía ser débil.

-Si lo estás.- Le contesté volviendo a mi humor de siempre y colocándo mis manos en el volante una ves más.

-Y entonces, ¿De qué valen tus advertencias, Harry? Si tú mismo me metiste en esto.- Casi la escuché molesta y ella tenía razón. Nada de lo que le dije tenía sentido pero tampoco era que muchas de las cosas que yo decía o hacía lo tuvieran.

-¿Por qué no puedes ser como las demás? Hacer silencio, cumplir reglas y no estorbar.-Era tan molestosa, asi como hermosa. Era estúpido.- Cualquiera en tu posición estaría encantada. Cualquiera ahí aceptaría de todo.

-Porque no te conocen realmente, Harry.- Habló con una chispa de odio y tristeza a la ves.

Ella tenía razón los que realmente me conocían, me despreciaban. Y no es de culparse, yo también me odio. No le respondí, de hecho no tenía base para responderle así que solamente me limité a mirarla serio. Ya no sabía si causaba un efecto de miedo en ella o no pero probablemente después de haberme visto vulnerable ella cambiaría su forma de pensar sobre mi; pero yo no dejare que eso cambie. Mando yo y nadie dirá lo contrario.

El resto del camino fue en total silencio hasta que mis tripas sonaron y eso me dió un poco de vergüenza. Jessie me miró con una pequeña sonrisa y yo intenté hacer que no me había dando cuenta.

-¿Tienes hambre?- Preguntó con picardía y yo solo le dedique una media sonrisa y la mire de reojo.

Ella era tan inocente, a pesar de que yo le cause y le ella sabe que le seguiré causando todo el daño del mundo está aquí, a solas, conmigo. Por una parte eso me parecía lo más dulce del mundo y ella era única y por la otra, la inteligente, eso era lo más estúpido del mundo.

-Podemos parar a comer algo.- Volvió a hablar y sentí su tacto electrico chocando con mi brazo una ves más. Saque el brazo de su lado y puede que ella se haya dado cuenta pero no hizo nada al respecto.

-Si, eso haré.

Paramos en una pequeña cafetería que abría 24/7. Nos sentamos y pocos minutos después vino la camarera.

-Bien, voy a pedir una batida de fresa & una hamburguesa mexicana.- La camarera apuntó rápidamente y cuando levanté mis ojos de la tarjeta de menú Jessie me miraba divertida casi queriendo carcajear. Ella pidió lo mismo pero con batido de chocolate.

-¿Qué?- Pregunté serio y ella no paro de reír.

-Batido de fresa.- Repitió ella sonriendo y yo bajé mi mirada. Era increíble como podía lograr estas cosas, esto ni siquiera debe estar pasando.

-No tiene nada de malo.- Intenté parecer ofendido pero era inútil. Sonreí también y ella mordio su labio.-¿Qué?- Parecía un tonto preguntando cada cosa pero es que núnca lograba entenderla del todo.

-Te ves muy bien cuando sonries de verdad... aunque sea leve.- Dijo timida y yo la miré con ojos entrecerrados.

-Gracias.- Fue lo único que salió de mi boca.

Llego nuestro pedido y comimos. Jessie se había manchado más abajo de su boca y ella ni siquiera se había dado cuenta. Mientras más me decía mi cerebro que no la limpiara peor era. Sin pensarlo coloqué mi mano en su mejilla y limpié suavemente su sucio.

-Eres tan tonta.- Ella sonrió y de igual manera a mi se quedo viendo muy fijamente mientras mi tacto con su mejilla seguía en pie. Reaccioné por un extraño sonido y rápidamente salí de allí dejándola atrás.

No seas estúpido, Harry. No la trates bien.

Entramos al auto y todo el camino siguió tranquilo. Debíamos quedarnos en algún hotel hasta que amaneciera porque no podía más con el sueño, necesitaba descanzo. Sin avisar me estacione en un pequeño motel y pude ver como al momento Jessie se tensó.

-¿Q-que hacemos aquí?- Preguntó sin quitar la vista de enfrente y sumamente nerviosa.

-Debemos parar, necesito descanzo.- Comuniqué bajándome del auto y ella no se movía. Llegué a su puerta y la abrí de cantazo. Era de madrugada pero eso no me impedía ver su rostro asustado.

-N-no quiero, Harry.- Habló hechando su cuerpo hacía atrás cuando le estiré mi mano. Me envenenaba la sangre cuando me trataba como si fuera un asesino, ni siquiera me dejaba tocarla.

-No te estoy preguntando si quieres o no, Jessie.- Agarré su brazo e hice que bajara. Lloriqueo contra mi pero eso no funcionó para nada.

-No te voy a matar allí dentro, allí hay testigos.- Solté divertido y serio a la ves dejándola en pánico parada trás de mi.

Evil Angel |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora