Recuerdo mis primeros días viviendo con el abuelo Ben, fue como una etapa terapéutica y de sanación en mi niñez. Él tenía un amigo llamado Jackson al que todos llamaban Jack, era muy divertido y siempre me contaba historias sobre cómo él y el abuelo formaron su amistad de años. Me sacaban a pasear y me llevaban a ferias y parques de atracciones. Era difícil y casi imposible olvidar todo lo que había vivido, pero estaba agradecida de que ellos lo hayan creído posible. Por primera vez en mucho tiempo me sentía en casa.
Pero sin importar los cortos momentos de felicidad que a veces era capaz de sentir, yo siempre iba a tener heridas incurables deseando sanar.
Porque ella era mi cáncer. Era mi enfermedad terminal, más, sin embargo, era también la fe de sanación y el anhelo a la oportunidad de empezar desde cero.
Después de un mes, Mae apareció casi sin vida, llorándole a los pies al abuelo Ben, le suplicaba perdón. Le pedía perdón desesperada, como si ella hubiese hecho algo realmente malo.
Mae estuvo en el hospital varios días y luego estuvo en rehabilitación. Se estaba tratando para dejar las drogas y los vicios, lentamente, ella estaba volviendo.

ESTÁS LEYENDO
Sensaciones que parecen colores fluorescentes
ChickLitCon una dura condición, Maggie tiene la oportunidad de obtener una beca completa para estudiar en una universidad de élite para chicos en Manhattan. Tras la muerte de su madre, ella tiene que adentrarse a un mundo de retos y de nuevas experiencias p...