Capítulo XXII

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Entre a la cocina para poder hacerme un café. Me sorprendí al ver a mi esposo, se suponía que había salido con Elijah al bosque.

—¿Amor? —Me acerque más a él—. ¿Tan rápido regresaste? —Se dio media vuelta dejándome ver su cuerpo lleno de heridas—. ¡¿Que te pasó?!

—Elijah está muerto —Murmuró mientras lloraba.

—¿Que? —Mis ojos se cristalizaron—. ¿Que hablas? —Regulus no me respondió, solamente lloraba—. ¡Regulus! —Seguía sin responderme—. ¡¿De que hablas?!

—Los mortifagos nos encontraron en el bosque mientras practicábamos. Voldemort me quería muerto. Comenzamos a pelear con los mortifagos, uno de ellos estaba a punto de matarme, pero Elijah se puso adelante mío recibiendo la maldición.

Sentía como mis piernas temblaban, caí al piso mientras lloraba.

—¡No! —Grite mientras sentía el dolor que había en mi corazón—. Mi hermano no, mi hermano no —Repetía. Sentí los brazos de Regulus envolverme—. El no, Regulus. El no, el no. El me prometió que siempre estaría conmigo. Mi hermanito —Mire a Regulus—. Llévame con el —Pedí—. Necesito estar con el, por favor.

Regulus me miró para luego sacar un trasportador. Aparecimos en el bosque donde mi madre solía llevarnos.

Ahi estaba mi hermano. Su cuerpo estaba lleno de sangre y ya no respiraba.

Lágrimas comenzaron a bajar por mi mejilla.

—No —Me acerque a el, senté a su lado y tome su mano—. Elijah, despierta. Prometiste siempre estar a mi lado. Despierta, por favor. No me dejes —Me puse su mano en mi mejilla—. Por favor —Suplique—. Despierta. No me dejes. No puedes dejarme. Te necesito. No quiero quedarme sin ti.

—Amor, debemos irnos.

—No me iré sin mi hermano —Apoye mi cabeza en su pecho—. Por favor, despierta. Te lo suplico.

—Amor, los mortifagos pueden volver.

—No me quiero alejar de mi hermano.

—Vendrán a buscarlo.

—No quiero —las lágrimas salían de mis ojos—. ¿Recuerdas lo que te dije una ves en el tren? Que si tú morías yo también moría, y no me siento preparada para morir aún, así que por favor vuelve.

—Amor...

—Despierta, por favor.

—Vamos, siento la presencia de mas personas —Regulus agarro mi mano.

—No, por favor.

Lamentablemente aparecimos en la sala de nuestra casa.

—Elijah —Murmure.

—¿Chicos? —Colette nos miró, confundidos—. ¿Que sucede?

Caí al suelo al ver al hijo de mi hermano en los brazos de Crystal.

—No puedo con esto.

Regulus soltó un suspiro para poder hablar.

—Elijah está muerto —Soltó.

—¡¿Que?! —Los ojos de Colette se cristalizaron—. Regulus —Se acercó a el—, dime que no es verdad.

—Lo siento mucho.

—¿Camille? —Colette me miró esperando una respuesta diferente, pero lo único que pude hacer es volver a llorar—. Esto no es verdad —cayó al suelo mientras lloraba.

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Nuestra pequeña Camille quedó sola.

Infidels, Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora