Muy divertido

6 0 1
                                        


De horror. No tengo más palabras.

Mi amiga estaba acompañada por Esteban, disimula Alissa me lo dije interiormente. Me senté con cuidado, intentando llamar la atención de Esteban sin hacer ruido.

"¡Hola, amiga!", saludé con una mirada fría dirigida a Esteban. Internamente, mi sangre hervía y la furia recorría mis puños. Por un instante, mi mente divagó entre asesinarlo y... besarlo. Sacudí la cabeza mientras mi amiga nos presentaba, mientras él me miraba fijamente con su rostro pícaro. Te detesto, Esteban. Lo peor es que mi amiga realmente piensa que él es el amor de su vida. Ayer me escribió un extenso párrafo sobre cómo conoció a un chico el fin de semana pasado y se enamoró perdidamente. Si tan solo supiera...

"¿Y dónde se conocieron?", interrumpí la narración de su épico viaje a Londres. Esteban dio una sonrisa, apartándose el cabello hacia atrás mientras agarraba la pierna de Catalina y la apretaba. (Cómo me gustaría que hiciera eso conmigo).

(¿Qué me está pasando?) ¡Auxilio!

"Desde ese día, me quedé flechado por completo", suspiró Esteban, lamiéndose los labios. Mi amiga se emocionó y propuso un brindis, chocando nuestras copas antes de ir al baño. En ese instante, mi máscara cayó al suelo.

"Esteban, ¿qué estás haciendo?", le cuestioné. Él acomodó su camisa y se inclinó hacia mí. "No admitir lo que siento por ti y optar por alguien más", dijo con coquetería antes de reclinarse en su silla y soltar un par de risotadas. "¿Eso es lo que quieres escuchar?", preguntó burlón.

"Eso es lo que parece, y no voy a permitírtelo", dije señalándolo, pero él tomó mi dedo y lo bajó. "Decido qué hacer y qué no hacer", afirmó.

Perdida en la mirada, me sentí vulnerable y desafiada. Esta vez, Esteban cortó la situación de raíz, y eso lastimó mi ego. Es la verdad.

"Bueno...", intenté hablar entre la necesidad de llorar y una risa nerviosa. En ese momento, llegó mi amiga y sentí un alivio instantáneo. El resto de la noche fue como estar en piloto automático. Estaba atenta, pero a la vez ausente en las conversaciones, principalmente porque Esteban permaneció con nosotras, sin hablarme ni yo a él. Su presencia, su respiración cerca y su mirada clavada en mí... me desconcertaban por completo.

En algunos momentos se me venian imágenes de los dos besandonos en cada esquina del restaurante como flashbacks que nunca habiamos vivido, y no se porque estoy pensando justamente eso en este momento, es el mas incomodo. Porque si tan solo Esteban y yo estuviesemos bien para cumplir una de mis fantasias. Eso es lo que me tiene más enojada y frustrada. Yo disfruto mucho de la compañia de Catalina pero con este man solo me hace querer decirle que esta tan equivocada en pensar que el puede estar enamorado de ella. Porque el me acaba de decir que esta de mi. Y 

En ocasiones, me invadían imágenes intensas de nosotros dos, entrelazados en besos apasionados por todo el restaurante. Son como destellos de momentos que nunca hemos vivido, y no entiendo por qué estos pensamientos llegan en este instante, el más incómodo de todos. Es molesto porque desearía que Esteban y yo estuviéramos en sintonía para hacer realidad una de mis fantasías más profundas. Esa es la razón de mi enojo y frustración en este momento. 

No puedo resistir más. Lo tomé por sorpresa mientras él estaba distraído. Lentamente me quité las zapatillas para deslizar mi pie directamente sobre su entrepierna. Siempre mirando hacia otro lado, alcancé a ver de reojo su sorpresa y cómo rápidamente volteó la mirada hacia Catalina. Intentó moverse, pero en lugar de eso, mantuve mi pie justo ahí, y él comenzó a acariciar suavemente mi pierna.

Apenas podía escuchar a mi amiga hablar: "Y no tienes idea de lo que le sucedió a Amelia, si fue lo que pensamos, su papá la está forzando... y está embarazada...". Apenas escuche, reaccioné como una entrometida y, sin querer, le di una patada a Esteban justo... ahí. Esteban gritó del dolor y se dobló en su silla, mientras Catalina no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo. Ella simplemente se agachó para ayudar a Esteban de alguna manera. Rápidamente retiré mi pie y, con una expresión angelical, me hice la inocente.

Estaba en shock. Y simplemente comencé a reírme.

¿Solo 12 meses Mas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora