Me levanté tras escuchar un fuerte golpe resonar en la casa, me había quedado dormida sin querer.
Comencé a escuchar gritos de mi madre y alboroto, parecía que papá había vuelto a por algo.
Era recurrente escucharlos pelear casi todos los días y a cada momento, a mi madre por la infidelidad de mi padre y a mi padre por lo alcohólica que era mi madre.
Mamá sacaba el tema a cada instante, en su intento por volver con papá.
Suspiré y encendí la laptop, recordando que tenía un trabajo de la universidad pendiente.
Pocos minutos después la discusión termino con un portazo, suponiendo que mi padre se habría ido, me asome por la ventana y efectivamente, allí estaba él, encendiendo un cigarro mientras se subía en el auto.
Volví a sentarme en mi escritorio y continúe con el trabajo, intentando finalizarlo para salir a la noche.
Varias horas después, me levanté a estirarme y apagué la laptop, terminando al fin.
Tome mi abrigo y mi encendedor, hacía frío fuera y necesitaba algo con lo que calentarme.
Entre en la sala y allí estaba mi madre, con una botella en la mano y acostada en el mueble, completamente dormida.
Tomé las llaves y salí sigilosamente, intentando no despertarla. De igual manera nunca se daba cuenta de las veces que salía sin permiso, siempre estaba lo suficientemente alcoholizada como para tener la realidad parcialmente alterada.
Encendí un cigarro y me encaminé hacia la discoteca del vecindario, mientras buscaba el número de mi amiga Valery.
Insistí varias veces y ninguna me contestó, probablemente estaría cogiendo con su novio, como siempre.
- Zorra- Escupí el humo del cigarro y guardé el celular, entrando en el lugar.
Estaba lleno de gente y olía a alcohol, lo típico.
Pedí algo de tomar y me fui a sentar en una mesa algo apartada, viendo a los demás bailar.
En algún punto de la noche un chico se me acercó, llevaba puesto un cubrebocas y una sudadera, el cabello le llegaba hasta un poco más arriba de los hombros y a pesar de no ver su rostro completo, me pareció atractivo al instante.
Tenía una mirada de cazador atrayente, me atraía por alguna razón.
- Buenas noches, señorita... Me gustaría invitarla a bailar.
Lo más cultivador era su voz, era grave, tenía notas sutiles roncas, pero sin llegar a serlo.
- Buenas noches... Me gustaría, sí. Pero estoy esperando a que me traigan lo que pedí. Por ahora no puedo, lo siento.
Sonreí amablemente y crucé mis brazos, observando al contrario con atención.
La luz era tan tenue y baja que no pude detallarlo bien, pero entre tanta gente el resaltaba, por alguna razón.
- Puedo acompañarla en su espera, si no le molesta.
Se acomodo aún más en su asiento y justo entonces llegó mi cóctel, agradecí al mesero y se marchó de inmediato, mirando de reojo a mi nuevo acompañante.
- Al contrario, adelante.
Sonreí seductoramente y comencé a beber la bebida, llevando mi cabello detrás de mi oreja.
Pocos minutos después termine bailando Reggaetón con aquel extraño desconocido, pero hasta ahora, no me arrepentía para nada.
Era experto en el tema, tomándome de la cadera y rodeando mi cuello con una de sus manos, comenzó a presionarme más contra él, incluso comenzaba a sentir un poco de calor.
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Poco más que el Síndrome de Lima.
FanfictionSi realmente eres un monstruo, déjame ser consumida por ti, aunque mas tarde me arrepienta. Si tan solo no hubiera salido de fiesta esa noche, nada de esto estuviera pasando, ¿Verdad? Mi vida seguiría siendo igual de... Corriente y asfixiante. Dame...