La cabeza me daba vueltas, sentía que me iba a desmayar en cualquier momento.
Tenía ganas de vomitar, me sentía enferma. El ambiente no era nada agradable.
La humedad, la dieta excesiva, el frio, los golpes y maltratos aportaban a mi rápida pérdida de peso, haciéndome ahora enfermar.
Me senté al lado de una castaña, percatándome de que, a pesar de llevar varios días allí, no sabía el nombre de ninguna de ellas.
Escuche un par de pisadas en el piso de arriba y temblé, la mera idea de que ese monstruo volvería en cualquier momento me hacía aterrarme, prefería que no volviera y morirme aquí encerrada.
La puerta se abrió de manera abrupta, asustándonos a todas.
Rápidamente ese desquiciado comenzó a bajar las escaleras, acercándose a la chica que estaba a mi lado.
La tomo del pelo y la obligo a levantarse, ella de inmediato comenzó a gritar aterrada.
Mordí mi labio inferior y me aparté un poco, evitando intervenir. Si lo hacía me llevaría a mí, haciéndome pasar las peores.
- Aunque...- Se quedo en silencio, con ella en sus manos.
Giro su cabeza en mi dirección y luego sus ojos rodaron hacia mí, lentamente una sonrisa se dibujó en sus labios, una sonrisa macabra.
- Ay no...- Susurré y lo vi estirar sus manos hacia mí, para levantarme.
Tiro de mi con brusquedad y me levante, tenía un mal presentimiento, sabía que con suerte saldría viva.
Comencé a lagrimear y me arrojo hacia las escaleras, haciendo que me tropezara con estas.
- Sube.
Dijo y comenzó a empujarme, haciendo que me alterara más y no supiera que hacer.
Lo mire, completamente aterrada y por primera vez desde que estaba allí sintiéndome expuesta, todas me observaban.
El cuerpo se me congelo durante unos segundos, no era capaz de moverme. Por mucho que lo intentaba y quería subir no podía, simplemente no reaccionaba.
Me odie a mí misma por quedarme allí sin hacer nada y mi cuerpo solo reacciono cuando me pego una cachetada, despertando al fin del trance.
- ¿Tengo que repetirte? ¡Que subas! - Grito y subí casi corriendo por las escaleras, de prisa.
Me tomo del brazo y me saco de la casa por la puerta trasera. Nunca me había percatado de que tuviera puerta trasera, ese dato me serviría para después.
Aunque no mucho, la puerta tenía alrededor de 5 cerrojos y candados, cada una con distinta llave, y todas las saco de su bolsillo.
Esperé paciente a que abriera la puerta y una vez lo hizo comencé a correr lo más rápido que pude, encontrándome con la sorpresa de que estábamos rodeados de un denso bosque.
No habían casas ni personas cerca, ni siquiera carretera por la que pasaran autos. Nada.
Estábamos en medio de la nada.
Lo escuche reírse y decir mi nombre suavemente, para después sus rápidos y largos pasos detrás de mí.
Para mi mala suerte era mucho más rápido y alto que yo, por lo que podía dar pasos mucho más largos.
Me dirigí hacia el bosque para intentar perderme entre los árboles y rápidamente me alcanzo, tirándome por el cabello, arrancándome mechones de este.
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Poco más que el Síndrome de Lima.
FanfictionSi realmente eres un monstruo, déjame ser consumida por ti, aunque mas tarde me arrepienta. Si tan solo no hubiera salido de fiesta esa noche, nada de esto estuviera pasando, ¿Verdad? Mi vida seguiría siendo igual de... Corriente y asfixiante. Dame...