Durante la siguiente hora no escuche nada, por mucho que intentaba prestar atención.
La casa estaba completamente silenciosa, como si estuviera sola. No escuchaba un paso, la llave al abrirse o una voz. Nada.
No sabía si a la final se habían llevado a las chicas o no habían completado la venta, pues tras ser apuntados por "Jeff" estaban verdaderamente molestos, y lo que dijeron... No me daba muy buena espina.
Sentía que iban a vengarse en algún momento y que yo estaría en el medio. Como me encantaba estar en la mitad de los problemas.
De la nada comencé a escuchar pasos rápidos, los cuales subían las escaleras haciéndolas sonar.
Me alarme y regrese a mi rincón, abrazando mis piernas. No sabía si estaría molesto o simplemente vendría a recoger la sudadera, aunque más fácilmente vendría a golpearme debido a lo que cause.
Abrió la puerta y entro a la habitación, ahora sin el arma. Su expresión no revelaba nada, parecía que no le importaba la situación. Miro el piso y comenzó a acercarse a mí, sin hacer todavía ninguna expresión.
Pensé que me golpearía y me cubrí la cara con las manos, pero en su lugar saco una pequeña llave del bolsillo de su sudadera y soltó los grilletes de mis tobillos, los cuales me ataban a aquella habitación.
Me tomo fuertemente del brazo y me levanto, sacándome de aquella habitación.
Comenzamos a recorrer el largo pasillo e intente poner resistencia tomando su mano, pero tomo la mía con la suya y la aparto, sin mirarme a los ojos.
- ¿A-a donde va-vamos?
Pregunte, temerosa y muy nerviosa. No sabía si me devolvía al sótano o me llevaría al establo de nuevo, a pegarme por haber hecho ruido.
No respondió y me pare en el pasillo, evitando que pudiera seguir avanzando. El que no me hablara ni me mirara a los ojos me ponía más nerviosa de lo usual, sabía que algo estaba mal, muy mal.
Apretó su agarre en mi brazo e intente soltarme, comenzando a forcejear con él. Finalmente me miro a los ojos y podía sentir la ira que transmitían, era descomunal.
- ¡Suéltame! ¡Por favor no me golpees más!
Grite comenzando a entrar en pánico y me tomo por el cabello, casi levantándome del suelo.
- ¿Entonces que crees que debería hacerte, pequeña zorra? ¿Felicitarte? ¿Darte las gracias por dañar mi negocio y dejarte ir?
Me meneo en el aire y tome su muñeca con mis dos manos, tratando de apartarlo. Sabía que no sería capaz, la diferencia física entre ambos era abismal y eso se reflejaba en la fuerza.
- ¡No fue mi intención! No quería hacerlo, por favor...
Acerco su rostro al mío y me dejo caer en el piso, me acosté en posición fetal y cubrí mi rostro, esperando los golpes.
- Ven aquí.
Jalo de mí y siguió arrastrándome hacia las escaleras, a lo que me resistí y me levanto bruscamente del piso, acercándose a mí.
- ¿Por qué simplemente no puedes ser como las demás? ¿¡Tanto te cuesta, perra!?
No entendí a que se refería y lo empuje, me dio un fuerte golpe en la mejilla y me arrojo al piso, haciendo que casi resbalara por las escaleras, pues estaba frente a estas.
No supe en qué momento, pero noté como algunas lágrimas comenzaron a caer en el piso, recién me daba cuenta de que había comenzado a llorar.
- No sabes cuanto te odio... Te odio, ¡Te odio!
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Poco más que el Síndrome de Lima.
FanfictionSi realmente eres un monstruo, déjame ser consumida por ti, aunque mas tarde me arrepienta. Si tan solo no hubiera salido de fiesta esa noche, nada de esto estuviera pasando, ¿Verdad? Mi vida seguiría siendo igual de... Corriente y asfixiante. Dame...