De nuevo mi episodio depresivo volvió y me aguante las ganas de llorar. Tenía todo lo necesario allí dentro.
De manera extraña ahora me llevaba comida dos veces al día no dejándome morir de hambre, me llevaba cosas para distraerme y no había vuelto a golpearme, pero... No era vida en ningún sentido.
El estar con una persona tan enferma me había marcado de maneras inimaginables, sobre todo por la manera en que me trataba antes.
Cinco meses eran relativamente poco, pero cada segundo en esa habitación era una eternidad. No sabía si en algún momento volvería a golpearme o torturarme, era lo que me atormentaba.
Era esclava en esta habitación, solo teniendo lo básico, ni siquiera estaba aquí por mi propia voluntad. Todo apuntaba a que no vendrían por mí y que nadie ahí afuera me estaba buscando, pues si lo hicieran ya me hubieran encontrado.
Era tan deprimente el ni siquiera salir a tomar el sol y no poderlo pedir por miedo a una fuerte reprimenda. Incluso mi piel estaba más pálida que antes, el no salir me hacía dar un aspecto muerto y deprimente.
Tenía lo necesario, pero... No era suficiente. ¿Realmente no valía nada para mi padre? ¿No me extrañaba ni un poco como para no buscarme? Si llegaban tarde me encontrarían muerta, como la chica que vi mientras... Iba rumbo a la... Universidad.
Recordé la macabra escena y me dieron nauseas, sobre todo el lado de su cadera faltante, el cual fue cortado de manera salvaje con un cuchillo.
Levante la sudadera y toque mi costado, sintiendo con la yema de mis dedos el rastro del hierro de meses atrás cuando me marco.
Me recorrió un escalofrió y no lo quise mirar, sabía que una marca de esa magnitud no desaparecería en días, incluso dudaba en si alguna vez lo haría.
De repente recordé las fotos que vi casi dos semanas atrás y silenciosamente abrí al armario, comenzando a buscarlas.
Curiosa y alarmantemente no estaban en el mismo rincón en el que las encontré y las deje, solo encontré algunos papeles en bolas arrugadas.
Los tome e intente no hacer ruido al estirar el papel, encontrándome con un montón de papeles vacíos, no tenían absolutamente nada escrito.
- Mierda... Tuvo que enterarse de algún modo que vi las fotos...
Volví a arrugar los papeles lentamente y los guardé de nuevo, sin encontrar nada más interesante en el armario, solo había ropa vieja y rota. Sobraba decir que el vestido de antes tampoco estaba.
Me acosté en la cama de nuevo, intentando dormir. Tal vez debería comenzar a pedirle una pastilla para dormir diaria, el estar despierta no me hacía bien.
No sabía cuánto tiempo había pasado, tal vez una hora o más, pero en definitiva no fui capaz de dormir por lo que tome el cuaderno y comencé a dibujar, hasta que me quede viendo el lápiz y me pregunte si con el podría apuñalarme hasta desangrarme y morir.
Nunca se me había ocurrido la idea, pero en definitiva tal vez podría funcionar. Sabía que no sería para nada lindo, el tener que hacerlo una, y otra, y otra vez hacía que me comenzara a dar temor y acobardarme.
Lo posicione frente a mi abdomen y respire profundo, intentando hallar valor. Quería hacerlo, pero por mucho que intentaba clavarlo directamente en mi estomago mis manos no se movieron, estaba completamente congelada.
Trague saliva y baje el lápiz, aceptando que aún no estaba lo suficientemente desesperada como para intentar apuñalarme con un lápiz y sentir el dolor de la acción.
ESTÁS LEYENDO
Poco más que el Síndrome de Lima.
FanfictionSi realmente eres un monstruo, déjame ser consumida por ti, aunque mas tarde me arrepienta. Si tan solo no hubiera salido de fiesta esa noche, nada de esto estuviera pasando, ¿Verdad? Mi vida seguiría siendo igual de... Corriente y asfixiante. Dame...