007: conversation.

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Seo-ri estaba sentada frente a la sala donde Do-hee descansaba, negándose a ingresar con la asistente de su hermana y Gu-won.

Llamó a In-wook para que viniera en su búsqueda, olvidando que el joven se había tomado sus vacaciones. Estar en ese hospital era un infierno.

Desde la muerte de sus padres, vomitar en un hospital se había convertido en una constante. Recordaba perfectamente todo lo sucedido. Aun así, no comprendía por qué preocuparse por Do-hee, siendo que le había arrebatado a sus padres.

Trataba de autoconvencerse de que no era la culpable, pero cada vez que la observaba, sentía un ardor en su pecho. Pensaba que la vida de sus padres y su casi inmovilidad en la pierna eran su culpa, ya que ella había llamado, desviando el curso de su viaje.

La cicatriz en su abdomen era un recordatorio constante de que los había asesinado. No podía negarlo, se preocupaba por ella. Por supuesto, porque se sentiría peor si Do-hee muriera; así no habría sufrido lo suficiente.

Seo-ri sostenía que debía cuidarla, ya que su existencia se dedicaba a quitarle todo lo preciado. Su hermana le arrebató a sus padres, entonces ella le quitaría la felicidad.

Lamentablemente, Do Seo-ri no era la protagonista, sino la antagonista que tendría su final feliz viendo sufrir a su hermana.

En cambio, Do-hee deseaba lo mejor para su hermana. Quería que encontrara paz y perdonara su pesado pecado por la muerte de sus padres.

Do-hee siempre se alejó de las cosas que pertenecían a Seo-ri, entregándole todo sin objeciones.

Su primer amor, le permitió a Seo-ri quedarse con él. Incluso la última bebida o el último sushi.

Todo lo que podría hacer feliz a su hermana, se lo daba. Ignoraba que, aunque no se lo diera, todos preferían a Seo-ri.

A sus ojos, Do Seo-ri era la hermana perfecta, aunque le recordara su error, siempre cuidaba su bienestar.

— Esto es un asco — dijo Seo-ri pateando como una niña. Sus pantuflas volaron y su cabello terminó despeinado, pero no le importó —. ¿¡Qué sigue?! ¡¿Por qué esperar una semana para el próximo capítulo?! ¡QUÉ SIGUE DESPUÉS! —.

Su crisis por el k-drama que veía en el hospital comenzó. No se dio cuenta de que era una emisión en curso. Quería morir, totalmente.

Suspiró fuerte y se dejó resbalar por la silla del hospital. Era un sentimiento horrible, peor que bañarse con agua fría sin calefón.

— ¿Estás bien? — preguntó Gu-won lanzando una lata de limonada. Afortunadamente, ella la agarró rápidamente —. Te vi a lo lejos y pensé que alguien se escapó del psiquiatra —.

MY PERSONAL DEMON | Jeong Gu-won Donde viven las historias. Descúbrelo ahora