017: chandelier.

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El diminuto pañuelo se deslizaba por su rostro, recogiendo las gotas de sudor y borrando cualquier rastro de impureza. Gu-won observaba con indiferencia el semblante de Do Seo-ri, quien yacía sumida en un profundo sueño.

El pecho de ella ascendía y descendía en un ritmo pausado, tranquilo y sereno, como si estuviera descansando en paz. Sin indicios de querer despertarla con ruidos o movimientos bruscos, Gu-won la cuidaba como si fuera una joya preciosa a punto de romperse, justificando sus acciones por la posesión de un tatuaje en forma de cruz, algo que valoraba enormemente.

Do Do-hee, observadora y en silencio, contemplaba con paciencia cada gesto de Gu-won hacia su hermana. Sin pronunciar palabra, seguía con la mirada cada movimiento del chico, sin pestañear ni cuestionar lo que hacía.

En la mente de Do-hee, surgían diversas preguntas sobre los motivos detrás de sus acciones, pero temía preguntar y quedarse sin respuestas. Mientras la joven descansaba, Jeong Gu-won reflexionaba sobre el repentino cambio y deseaba desentrañar los misterios detrás del tatuaje que le había sido arrebatado. Aunque no comprendía la dificultad de recuperarlo, su mente se enfocaba en la posibilidad de que el mar o el agua pudieran ser la clave, mientras la brillante luna llena observaba desde lo alto.

Los ojos de Seo-ri se abrieron lentamente, ajustándose a la intensa luz del foco. Gu-won se incorporó, observándola con atención mientras pasaba un mechón de su cabello detrás de su oreja, esperando a que ella hablara.

— ¿Qué te sucede? —preguntó en un tono molesto—. Te cuido para que te recuperes y así me respondes.

Al oír las palabras de Gu-won, la hermana mayor se levantó rápidamente, ignorando las advertencias del chico sobre su imprudencia. Do-hee, en cambio, pasó por alto los regaños y tomó la mano de su hermana con preocupación.

— Seo-ri —la llamó, sonriendo mientras la mayor retiraba su mano, confundida—. ¿Fue solo el momento? —preguntó con tristeza en la mirada—. Entiendo.

Regresó lentamente a su cama, situada a pocos pasos de donde yacía su hermana. Do Seo-ri aún no procesaba completamente su entorno, pero al recordar lo sucedido, se levantó de manera brusca, recibiendo una reprimenda del joven.

Seo-ri sintió un nudo en la garganta y respiró profundamente, mirando al vacío.

— Lamento eso —comenzó, captando la atención de su hermana—. No fue tu culpa; quería culpar a alguien más para no sentir que todo era mi responsabilidad.

Do-hee no sabía qué decir o pensar; había esperado esto durante toda su vida, pero parecía tan irreal que no sabía cómo reaccionar, solo podía observarla perpleja.

MY PERSONAL DEMON | Jeong Gu-won Donde viven las historias. Descúbrelo ahora