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Su atención se perdía en la mujer proyectada en la gran pantalla del edificio. Sus ojos se mantenían fijos en lo que más le llamaba la atención: la pelinegra.
Sus ojos oscuros destacaban a la luz, captando el brillo que reflejaban. Con su vista arriba, y su boca entreabierta llamaba la atención, su largo cabello que caía sobre sus hombros; vestía de negro, lo que lograba resaltar su pálida piel.
Aquella foto transmitía belleza pura. Belleza nata.
El joven sonrió al contemplar la visión. Cruzó los brazos y ladeó la cabeza para observar mejor a la persona.
— Se ve tan surrealista en ese cartel — susurró Gu-won sin apartar la mirada. Esa joven había irrumpido en su mente desde aquella noche —. No es para nada como en la vida real —.
Levantó las cejas y chasqueó los dedos. Al aparecer en un apartamento, tocó dos veces la puerta frente a él.
Al esperar unos segundos y darse cuenta de que no sería atendido, ingresó al departamento sin dificultad. El olor repulsivo hizo que el pelinegro hiciera una mueca.
Sus ojos recorrieron la habitación, todo estaba desordenado. Era asqueroso ver cómo las cucarachas se movían por el lugar. Sintió repulsión al observar una caja de pollo llena de gusanos. Se replanteó irse cuando una mujer de cabello corto salió de una habitación.
— ¿En tu diccionario existe la palabra "limpieza"? — preguntó pateando un vaso lleno de hormigas —.
Al ver a un desconocido en su habitación, la mujer se sobresaltó. Eso era nuevo. Buscó algo con sus manos sin quitar la mirada del apuesto, pero posible pervertido, frente a ella. Lo primero que encontró fue una espátula y no tardó en levantarla como si fuera un arma.
— Puedes bajar tu arma mortal — habló sarcástico, dejándola confundida. Levantó una mano y de ella apareció un pergamino de fuego, flotando en el aire frente a la muchacha —. Te ofrezco un trato —.
— ¿Qué cosa eres? — interrogó ella con la voz entrecortada por el miedo —.
— Soy un demonio — se presentó mostrando una sonrisa —. Pero muchos me dicen el diablo — dio dos pasos hacia adelante acercándose a la chica; sus manos descansaron en sus bolsillos y quedó a unos pasos de la señorita —. Veo que tu sueño es ser bella y tu ambición es grande, lo admito. Tener dinero, fama y belleza es un sueño codicioso —.
La castaña lo observaba perpleja, totalmente aterrada ante el ser frente a ella. En cambio, Jeong solo mantenía una sonrisa burlona.
— Puedo darte eso y más — una pluma antigua apareció en sus manos y la extendió —. Podrás tener eso, y lo disfrutarás por diez años si aceptas —.
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MY PERSONAL DEMON | Jeong Gu-won
FanficEn la sombra opaca de la vida de Do Seo-ri, la pérdida temprana de sus padres arrojó sombras de culpa sobre su corazón, culpando a su hermana menor, Do Do-hee, por la trágica muerte de sus progenitores. Sin embargo, la oscura trama del destino da u...