015: accident and Do-hee.

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La lluvia caía con persistencia, formando un manto de agua que envolvía a Do Seo-ri. Sus pensamientos se mezclaban con las gotas que empapaban cada rincón de su ser. La chaqueta, antes protectora, ahora era un lastre húmedo que reflejaba su pesar interior.

No era el abandono de su hermana Do Do-hee lo que la atormentaba esta vez; era la sensación de no ser la primera opción para Jeong Gu-won.

En medio de su melancolía, el sonido de un auto se aproximó. Yoon Jin-woo, que pasaba por “casualidad”, notó la figura desolada de Seo-ri. Recordó la sudadera olvidada en su auto y decidió devolvérsela. Se acercó a ella, ofreciendo su paraguas como un gesto de consuelo ante el aguacero implacable.

— ¿Estás bien? — preguntó Jin-woo, su mirada reflejando genuina preocupación mientras resguardaba a Seo-ri de la lluvia.

Al alzar la vista y encontrarse con la bondad en los ojos de Jin-woo, Seo-ri no pudo contener la avalancha de emociones. Se lanzó a sus brazos, como si anhelara sentir que el abandono no era más que una ilusión. Jin-woo la envolvió con ternura, proporcionándole un refugio bajo el paraguas.

— Tranquila, estoy aquí — susurró Jin-woo, sus dedos acariciando suavemente el cabello mojado de Seo-ri.

En ese instante, los recuerdos de Pinkky, su pequeño osito, afloraron en la mente de Seo-ri. Pinkky había sido su consuelo desde la trágica pérdida de sus padres.

La presencia de Jin-woo, aunque diferente, le ofreció una sensación similar de calma y apoyo. Mientras la lluvia persistía, bajo el paraguas y la protección de Yoon, Seo-ri empezó a sentir que, quizás, no estaba tan sola como temía.

Jin-woo, sintiendo la vulnerabilidad de Seo-ri en sus brazos, decidió dar un paso más allá para ofrecerle consuelo. Guiándola delicadamente, la llevó hacia su automóvil estacionado cerca. Abrió la puerta delantera y la invitó a entrar para resguardarse de la lluvia persistente.

— Vamos, no querrás quedarte aquí bajo la lluvia todo el día — dijo Jin-woo con una sonrisa amable.

Seo-ri, agradecida por la compasión de él, aceptó la invitación y se refugió en el auto. Jin-woo cerró la puerta, asegurando que estuvieran protegidos del aguacero. Mientras Seo-ri se acomodaba, el de cabello azabache regresó al asiento del conductor y encendió el motor para proporcionar calor en el habitáculo.

— ¿Quieres hablar de lo que te preocupa? A veces, compartir las preocupaciones aligera la carga — sugirió el pelinegro, manteniendo un tono tranquilo y comprensivo.

La joven asintió, agradecida por la oportunidad de desahogarse. Durante la conversación, Seo-ri compartió la complejidad de sus sentimientos, cómo la presencia de Jeong Gu-won la hacía cuestionar su lugar en la vida de las personas. Jin-woo escuchó atentamente, ofreciendo palabras de apoyo y comprensión.

MY PERSONAL DEMON | Jeong Gu-won Donde viven las historias. Descúbrelo ahora