𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒

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-No creo que ese atuendo sea apropiado para pisar la arena de una playa

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-No creo que ese atuendo sea apropiado para pisar la arena de una playa.

Pienso mi respuesta detenidamente ya que el aspecto de esta mujer no me deja concentrarme en la conversación.

-No creo que ese comentario sea el adecuado para comenzar una conversación.-  Le respondo intentando verme lo más seria posible. En realidad me sorprende bastante lo bien que habla que, al contrario que la ropa que está usando, es muy elegante.

Escucho como la mujer se ríe por mi comentario. Su actitud es un poco desconcertante.

-No te ofendas, es que es muy raro ver a alguien tan elegante como tú por este sitio. Lo decía en forma de cumplido.-  Me dice ella con una divertida sonrisa que hizo suavizar mi expresión.

-Si tan raro te parece mi atuendo asómate a ese restaurante de grandes cristaleras de allí y verás como no es tan extraño.-  Le respondo, con el orgullo muy propio de mí. Supongo que no se me da bien hacer amigos, y mucho menos ligar, pero lo intentaré. 

La chica estira su cuello para ver a qué restaurante me refiero y le da una breve ojeada.

-Muy interesante ese restaurante que me dices pero no tengo dinero ni para pasar por delante.-  Me responde con una sonrisa burlona y yo frunzo el ceño sin entender muy bien su humor. -Bueno...¿ qué haces aquí y no en ese super restaurante ?-  Me pregunta y en su mirada puedo notar el interés en mí o en la conversación.

-Prefiero ver el mar que ver la 'lujosa' comida de ese restaurante.- Le contesto sintiéndome más amigable y cómoda.

Ella me mira y me sonríe, y yo siento que mi corazón da un vuelco por tan dulce gesto.

-Que interesante. A mí también me fascina el mar... Espera, que desde aquí no puedo verte bien.-  Me dice y se levanta de la arena, se sacude un poco y me mira con más profundidad. Es la primera vez que mis pensamientos internos no afectan a lo que percibo en el exterior.

-Todavía no sé tu nombre.-  Me dice con un tono coqueto manteniendo esa dulce sonrisa. No debería decírselo; en primer lugar, no debería hablar que ella y mucho menos escaparme con una excusa tonta para hacerlo.

Pero lo he hecho.

Y lo voy a seguir haciendo.

No me arrepiento.

-Coraline, ¿ y tú ?-  Le respondo más tranquila.

-Coraline...-  Murmura mi nombre para ella, como si fuera el verso de una poesía romántica y la palabra sale de sus labios como melodía. -Soy 𝘡𝘰𝘦.-  Añade con su característica sonrisa.

Zoe... Ese nombre le queda como anillo al dedo. Si no me equivoco significa vida en griego. Sí, se ve que está llena de vida.

-Encantada de conocerte, Zoe.-  Le digo y le muestro una sincera sonrisa.

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