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𝘓𝘪𝘣𝘳𝘦
𝘋𝘦𝘴𝘦𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘭𝘪𝘣𝘳𝘦.
𝘚𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘭𝘰 𝘩𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘢𝘥𝘰
Soplo las velas y tras soplarlas me quedo observándolas fijamente.
𝘚𝘦𝘪𝘴 𝘢𝘯̃𝘰𝘴.
Han pasado seis años desde que me fui.
Desde que hui de ella como una cobarde mentirosa.
𝘌𝘴𝘦 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘪𝘨𝘶𝘦.
Ese tortuoso recuerdo que no me olvida.
Es lo único que no me deja en paz.
Ella es la única con el poder suficiente de meterse en mi mente y torturarme hasta romper en llanto.
El abrazo inesperado de Rave me devuelve a la realidad.
-¡Felices 23, Cora!- Me dice alegremente. En realidad esto es una especie de segunda celebración solo él y yo porque la semana pasada vinieron Leo y Elena de visita y me montaron una gran fiesta.
Este cumpleaños no es nada distinto de los anteriores que he celebrado desde que llegué aquí. Mi edad tampoco representa nada en especial. Es como todos los demás años.
Entonces suena el timbre del apartamento. Me acerco a abrir la puerta y veo al repartidor con una caja mediana en sus manos.
-¿Coraline Narváez López?
-Sí, soy yo.
-Vale.
El cartero repartidor me da la caja y se marcha sin dar ninguna explicación. Yo vuelvo a entrar al apartamento y cierro la puerta. Coloco la caja sobre la mesa con cuidado al ver que pone frágil y miro a Rave con desconfianza. Él se acerca para ver que es.
La abro lentamente y dentro hay otra cajita negra de terciopelo.
-Ya me has dado tu regalo.- Le digo a Rave mirándole con confusión.
-Sea lo que sea eso yo no he sido. ¿Enserio crees que te mandaría un regalo sorpresa por correo viviendo contigo?- Dice él y se le ve muy tranquilo.
Saco la caja negra de la otra y la coloco sobre la mesa. Con un suspiro profundo quito la tapa.
𝘌𝘴 𝘧𝘢𝘴𝘤𝘪𝘯𝘢𝘯𝘵𝘦.
Increíblemente fascinante.
Frente a mí hay un hermoso collar lleno de grandes y brillantes aguamarinas y otras gemas caras. Me quedo hipnotizada por el brillo. No conozco a nadie lo suficientemente rico como para pagar esto. Nadie más que mi familia que aún no me ha perdonado por escaparme y luego venir aquí. Es imposible que hayan sido ellos.
𝘌𝘴𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘭𝘭𝘢𝘳 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘵𝘦 𝘢𝘮𝘰.
𝘌𝘴𝘵𝘦 𝘣𝘳𝘪𝘭𝘭𝘰 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘵𝘦 𝘢𝘮𝘰.
Y aunque no hay ninguna nota que pueda darme una pista de su autor soy capaz de sentir lo que quiere expresar hacia mí.
Tomo el collar en mis manos con un tacto tembloroso y lo admiro de cerca. Desde luego son gemas originales. He llevado algunas de estas, pero por separado. Nunca nada tan lujoso.
Ninguna palabra sale de mi boca. De la de Rave sí.
-Parece realmente caro.
-ES realmente caro, Rave.- Respondo yo.
- ¿Alguna idea de quién ha podido ser?
-No, nada.
Rave se queda callado por algunos minutos.
-¿Alguna idea de para qué te lo vas a poner?
-Menos
Con eso guardo el collar en su caja y esta en la caja fuerte.
