/𝘡𝘰𝘦/
¡Por fin ha llegado el sábado! Me he pasado mucho tiempo arreglándome para verme lo más elegante posible, aunque no es lo mío. He ahorrado para comprar un traje azul precioso y esta mañana he ido a la floristería antes de marcharme para comprarle a Cora un ramo de lavandas. ¡Qué emoción!
Llego a la estación de autobuses más cercana a la dirección que me ha enviado Cora y camino hasta su casa. Al ver tremenda mansión me quedo boquiabierta. Realmente no mentía cuando decía que sus padres tienen mucho dinero.
Respiro profundamente y llamo al timbre. Creo que llego un poco tarde. La criada me abre y entro al gran salón. Hay demasiada gente. Todos van tan elegantes y refinados que casi me siento avergonzada. Comienzo a caminar entre todas las personas en busca de mi chica. Nadie se fija en mí, eso es bueno.
Estoy observando toda la decoración, los mayordomos con bandejas de comidas y bebidas, la música...cuando algo me llama. Ella está aquí y su presencia atrae mi mirada como un imán.
Entonces la veo, tan hermosa como siempre. Parece una princesa. La mitad de su cabello azabache está recogido en un moño con un lazo negro también. Está maquillada sutilmente y lleva una gargantilla negra en el cuello. Su vestido es lo más sorprendente. Es negro de una tela muy fina y un poco transparente, con mangas abullonadas y lacitos negros por todas partes. Lleva un estampado floral blanco que contrasta mucho y sus manos están cubiertas por unos guantes del mismo tejido.
Ella está conversando con un chico moreno, con el cabello rizado y otra chica bajita, morena con pecas. Me ve. Me ha notado también. Siento su pesada mirada en mí.
Comienza a caminar hacia mí con pasos decididos y elegantes y sus amigos la siguen. Sus hipnóticas caderas se balancean con cada paso.
Me mira fijamente antes de abrazarme por el cuello con fuerza. Yo rodeo su cintura con mis brazos sintiendo todo lo que sea que pueda sentir durante el abrazo. Huele a lavanda... eso me recuerda...
-Eres preciosa.- Le digo yo cuando se aleja.
-Y tú estás impresionante.- Responde ella mirándome de arriba a abajo.
-Te he traído algo...- Digo mientras le entrego el pequeño ramo de lavandas que traía escondido tras mi espalda. Al mostrárselo veo como sus hermosos ojos oscuros brillan muchísimo y otra vez me abraza con fuerza mientras toma el ramo.
-Mis favoritas... Me encantan...Gracias.- Murmura y veo al chico moreno tras ella sonriéndome con complicidad. Ese debe de ser Rave. Le devuelvo la sonrisa.
-Quiero presentarte a mis amigos. Esta es Elena.- Me dice Cora y la chica con pecas se acerca a darme dos besos.
-Encantada de conocerte.- Le digo con una sonrisa.
-Y este es Rave.- Me dice Cora y, efectivamente, el moreno de cabello rizado se acerca y me da un apretón de manos.
-Cora, ¿podrías mostrarme todo esto? Es que estoy un poco perdida.- Le digo a ella y comenzamos a caminar por la gran sala. Cora todavía no ha soltado el ramo.
-Bueno... este sitio es bastante grande pero te acostumbrarás. Esos son mis padres...- Me dice señalando a una apuesta pareja. La mujer se ve joven y hermosa y el hombre es muy fuerte y se conserva bien. Cora tiene los ojos de su madre.
-Esos son mis abuelos. Son de Málaga también.- Añade ella y veo a dos señores mayores. Los reconozco al instante. Son los dueños de la gran empresa de barcos para la que trabajo. Impresionante. Cada vez me sorprende más el mundo al que Cora pertenece.
-La mayoría de esta gente son desconocidos, la verdad.- Dice Cora tranquilamente.
Ella sigue paseando conmigo por toda la sala mientras va mangando trocitos de queso de las bandejas de los mayordomos. Le encanta el queso. Apuntado.
Entonces Rave y Elena se acercan.
-¡Chicas!¡La música se está animando!¡Vamos a bailar!- Nos grita Elena alegremente y agarra a Cora de las manos. Las dos comienzan a dar vueltas mientras Rave y yo las observamos.
-A Coraline le encantaría ser bióloga marina, ¿sabes?- Me dice él.
-No tenía ni idea. No habla mucho de su futuro.
-No, no lo hace. Pero créeme que le encantaría pasarse la vida en un barco observando peces.
¿Es esto una indirecta?
-Sus padres insisten en que debe de heredar la empresa de bancos porque es hija única. Creo que por eso evita el tema.- Añade él y la observo bailar. Parece tan feliz y libre...Me destroza saber que no es así.
Seguimos bailando todos hasta que la madre de Cora la llama.
-¡Coraline, ven a conocer a nuestros socios!- Le grita desde lejos y Cora toma mi mano y comienza a correr junto a mí hacia no sé dónde.
-¡Ahí os la dejo!- Le grita a sus amigos antes de salir corriendo conmigo de la mano hacia unas grandes escaleras.
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Fría
Romance𝘊𝘰𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘢𝘣𝘳𝘶𝘮𝘢𝘥𝘢 𝘺 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘢 𝘣𝘢𝘴𝘦 𝘥𝘦 𝘪𝘭𝘶𝘴𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴. 𝘡𝘰𝘦 𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘪𝘥𝘢 𝘺 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘵𝘳𝘢𝘣𝘢𝘫𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘶𝘳𝘰 𝘥𝘪𝘢 𝘢 𝘥𝘪𝘢. ¿𝘘𝘶𝘦́ 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘳𝘢́ 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘰𝘴 𝘢𝘭𝘮𝘢𝘴...