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Llevo toda la semana nerviosa.
Haciendo un resumen, este lunes he vuelto a clases después de las vacaciones y el último curso es de todo menos fácil. No tenía ganas de volver a madrugar, obviamente, pero creo que me ha venido bien salir de casa aunque solo sea para ir a la escuela. Pero no es por eso por lo que he estado nerviosa.
Es por el viernes.
Le dije a Rave que me lo pensaría seriamente esta semana y realmente esperaba salir de esta puerta a una nueva obsesión. Suelo ser demasiado enamoradiza por lo que vigilo muy bien mis sentimientos para evitar caer muy bajo. Pero cuanto más pienso en que debo olvidarla, más necesito verla. Mi opinión no ha cambiado en nada y a ver como encuentro una manera de explicárselo a Rave.
Es jueves por la tarde y no tengo nada más que hacer que quedarme en casa a pensar, pero hay veces que darle vueltas es lo que menos ayuda. Bajo a la cocina a por algo de comer; suelo comer cuando me entra ansiedad, por masticar algo. Abro la nevera y me encuentro un trozo de tarta de el cumpleaños de no me acuerdo quién. Sé que es de cumpleaños porque aún tiene la etiqueta de "¡ғᴇʟɪᴄɪᴅᴀᴅᴇs!" de chocolate. Agarro el plato y un a cuchara y me voy a mi habitación. Mis padres han salido a tomar algo así que todo lo que dejen a mi alcance en la nevera es oficialmente mío.
Me siento en mi cama y me pongo a comerme el trozo de tarta tranquilamente deseándome feliz cumpleaños aunque no lo sea, nunca es mal día para comer tarta. Mientras como pienso en otras cosas que aunque a otras personas les pueda abrumar a mí me saca de otros pensamientos más agobiantes.
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Es viernes y me encuentro saliendo del instituto con mi mejor amiga Elena que va a la misma clase. Tengo un sentimiento agridulce ya que me han entregado un examen de matemáticas y aunque no ha suspendido he bajado bastante. Esa nota llegará tarde o temprano a mis padres pero no será por mí. Por otro lado estoy ansiosa por negociar con Rave lo del pequeño viajecito así que bien. Me concentraré en lo importante, buscar a Zoe por cielo, mar y tierra.
-Hoy salimos, ¿verdad?- Me pregunta Elena con una sonrisa alegre. Aún no le he dicho que estoy planeando escaparme a ver a la chica, corrijo, mujer que me gusta así que no sé si se lo va a tomar bien.
-Verás es que hay ciertas cosas que no sabes y tengo que contártelas y todo eso...- Respondo yo un poco nerviosa y apurada por llegar a casa y Elena me mira con confusión.
-No seas dramática, seguro que me pones al día esta tarde.- Me dice ella despreocupada y nos despedimos.
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Hemos quedado sobre las 9 en un restaurante elegante al que frecuentamos bastante. Son las 8 y media y me estoy planchando el cabello. Mi cabello es un tanto inquieto, unos días está totalmente ondulado y otro totalmente liso, pero nunca acorde a mis preferencias.
