𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟏

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                                    /𝘙𝘢𝘷𝘦/

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                               /𝘙𝘢𝘷𝘦/

Llego a casa después de un largo día de instituto y saludo a mi madre como de costumbre. Me pregunta qué tal va el día y se lo cuento a detalle hasta que mi padre entra. Sus pasos son como los de un oso. Fuertes y firmes como rocas. No hace falta preguntar para saber que está enfadado.

-¿Qué hacéis ahí parados los dos? Poneos a cocinar o algo. Tengo hambre.- Dice él y mi madre me hace una señal indicándome que no le reproche.

Los dos nos ponemos a cocinar y lavar mientras él se tumba en el sofá. Últimamente está furioso porque su negocio está decayendo y está perdiendo dinero. Se desquita con mi madre y conmigo. Cómo me encantaría tener el suficiente dinero como para irme a vivir con mi madre. Los dos solos, sin peleas ni gritos.

...

Unas horas después mientras termino mi tarea comienzo a escuchar gritos. Están peleando otra vez. Unos minutos después mi madre se asoma a mi habitación con una sonrisa adolorida.

-Rave, mi vida, ¿quieres ir a casa de Coraline a llevarle este collar a su madre?- Me dice. Es obvio que trata de quitarme de mitad de la discusión así que para no preocuparla tomo la caja con el collar y camino hacia casa de Coraline. Tengo ganas de llorar.

Al entrar me dirijo a la habitación de Coraline. Al verme ya sabe lo que me pasa. Mi madre hace esto a menudo.

Coraline está en pijama, con su teléfono en la mano y un libro en la cama. Su cabello oscuro y ondulado cae sobre sus hombros de manera despreocupada. Ella se levanta y me abraza con fuerza. Sentir sus brazos junto a mí me tranquiliza. Siempre pensé que era mi alma gemela, pero no de manera amorosa, por lo mucho que nos parecemos. Nos entendemos sin siquiera mirarnos. Somos uña y carne.

-Otra vez están...- Murmuro sintiendo las lágrimas formarse en mis ojos.

-Shh, lo sé. Tranquilo...- Me susurra Coraline con serenidad. Esa calma en las olas de su voz puede apaciguar hasta la más fuerte de las tormentas.

-Si tan solo pudiera llevármela a Valencia con mis tíos... Sería tan feliz...- Murmuro mientras las primeras lágrimas caen de mis ojos.

-Encontraremos la manera, Ravy, no te preocupes.- Me dice Coraline.

-Mejor quédate a dormir. Hasta que esto pase...- Me aconseja y yo solo puedo asentir lentamente.

Así termina mi día. Acurrucado junto a Coraline bajo sus suaves mantas como si el tiempo pudiera detenerse. No sé qué haría sin ella.

FríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora