Ojos verdes

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Golpeaba con fervor los robots a su alrededor, con cada golpe cada vez mas fuerte con su gran martillo hasta hacerlos volar metros por encima del cielo y hacerse paso.

Ese día estaba soleado, incluso para ser invierno, aun se sentía la ventisca fría helando su cuerpo ¡Pero eso no era suficiente! Eggman volvía a atacar el pueblo con decenas de sus Badniks que atemorizaban a las personas.

Hoy parcialmente estaba mas apurada, después de haber cuidado constantemente de Shadow le preocupaba que se fuera sin su ausencia, sabia que a el nunca le gusto estar con ella y mayormente hacia lo posible para alejarse pero aun no podia permitir que se fuera para que terminara suicidándose.

Corrio con tantas fuerzas mientras apretaba el mango de su martillo, como sus ojos verdosos fijaban en un solo objetivo: la carrosa de Eggman. Generalmente le gustaba pelear mano a mano con sus compañeros pero hoy no.

Fue tanta su atención concentrada que no noto la ráfaga azulina que a su lado pasaba. Saltando con todas sus fuerzas mientras alzaba su martillo al aire en el golpe mas fuerte que haya hecho en su vida.

Con aquella fuerza, no le dio tiempo de reacción a Eggman cuando una fuerza abrumadora golpeo su nave, golpeándolo contra la tierra en menos de un segundo para que cables y pedazos de metal se hicieran al aire.

Le canso, se notaba de frente cuando se agarraba con fuerza de su martillo boca arriba, sudada y cubierta de polvo viendo como Eggman no saba señal de levantarse. No se preocupo y limpio con su antebrazo el sudor que cubría su frente antes de levantar su martillo dispuesta a correr a casa, cuando un destello azul se paro frente a ella.

—¡Amy!— Grito frente suyo Sonic asombrado, que en particular le tinto de rojo las mejillas —Sabia que eras fuerte pero ¡Wow! ¡Incluso das miedo!

Ese ultimo comentario la hizo reír un tanto nerviosa, de hecho, lo ultimo que querías escuchar de un chico que te gusta es que das miedo, pero no importa, pensó al agitar rápidamente su cabeza.

—Gracias Sonic, y-yo ya me tengo que ir, sorpresa y eso ¡Nos vemos!— Trato de no parecer ni muy ansiosa ni nerviosa al mismo tiempo que habia tartamudeado para hacerse a un lado y correr con todas sus fuerzas a su casa. Claro que le preocupaba Shadow, era como su amigo, un amigo que te ha intentado matar y tenia problemas de ira ¡Pero todos tenian una segunda oportunidad! ¡Ya habia decidido demostrarle a Shadow que la vida y el mundo merecían la pena!

Llego a su casa en cuestión de minutos, dejando caer su  martillo en algún lado del jardín sin dañar sus flores, abriendo con rapidez la puerta de su casa.

—¡Shadow!— Llamo tras cruzar la puerta con preocupación, recibiendo el mismo silencio de antes, era muy extraño, eran como las tres de la tarde y a esta hora debería de estar comiendo la cocina que le dejo en la lacena. Camino un poco mas a la cocina y abrió el refrigerador, notando que no habia movido la comida que le dejo en la mañana. Se molestaría pero un punzante malestar de la nada le obligo a tomar su pecho, justo frente a su corazón como un mal presentimiento.

Corrio rápidamente hacia las escaleras de la planta de arriba haciéndole caso a su instinto abriendo de puerta en puerta llamando al moreno, en los baños, en las habitaciones hasta que solo quedara la suya.

—¿Shadow?— Pregunto levemente, tocando la puerta de su habitación, pero a pesar de los segundos al no recibir respuestas del mayor decidió abrir la puerta lentamente, asomando su cabeza primero, estaba la idea que estuviera dormido y no quería molestarlo, pero al abrir la puerta totalmente, noto su cuerpo inconsciente tirado en el suelo junto a su cobija, habia una preocupante mancha roja que cubría todo su torso y manchaba demasiado el piso.

Una bella eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora