Estaba allí, sentada, observando como el invierno se lleva las hojas naranjas de otoño, aquel cálido aroma y su peculiar brillo dorado ¡Era tan hermoso para ella! Tanta paz y dulzura mientras sostenía una taza de té entre sus manos, no le importaba el frío en ese momento entrando en el porche de su caja. Solo disfrutar ese día para despedir al otoño.
No sé consideraba una persona muy solitaria, de hecho, este era uno de los pocos días del año en donde no andaba de allí y para acá haciendo cualquier actividad con sus amigos, en el pueblo degustando actividades o en su jardín cuidando flores, pero claro que no se arrepentía, ese día era hermoso y pronto se haría perfecto cuando vio un reflejo azul celeste empujar las hojas mas que creándole una sonrisa similar a su sentimiento.
—¡Ames!
Y llegó, causándole casi que soltará la taza caliente sobre ella a pesar de que estuviera esperándolo desde hace unos minutos, su sonrisa, sus púas, su carisma que no hicieron más que darle un bochorno rojizo cuando dijo ese apodo suyo.
—S-sonic ¿En que te puedo ayudar?— Le pregunto pasando tras su oreja su pelo, tratando de lucir aún más bonita apunte a sus ojos, pero la clara ignorancia y atención de el le decía que ni lo había notado.
—Eggman está atacando el pueblo otra vez, los chicos ya van para allá, no te tardes.
Sus ojos y hombros cayeron con decepción un poco al escucharlo, aún más cuando casi al instante se marchó a la velocidad del sonido ¿Por qué se había ilusionado cuando le envío un mensaje que quería verla con urgencia? Si ella era tan obvia. Le dejaba regalos, lo apoyaba, incluso le había dicho sus sentimientos incontables veces cuando eran niños, ahora ella ya era una adulta y el, tenía 22.
Dejo sus pensamientos de lado, de todos modos no servirían, solo quedaba ir a derrotar a ese malévolo de Eggman y demostrarle a Sonic que ella no era un estorbo ¡Que siempre estaría allí para apoyarlo si así podia ganarse su amor!
Se levantó rápidamente para tomar su gran martillo que a lado suyo se recargaba en la madera e ir corriendo para adentrarse al bosque, el pueblo no le quedaba muy lejos así que pronto llegaría a ayudar a los chicos.
A los minutos, tal como dijo atravesó las hojas secas del bosque para ver la batalla que se estaba librando, como Tails disparaba desde su avión en las alturas, como Knuckles golpeaba con sus puños a los Badniks de mariquitas y Sticks golpeaba a las avispas Buzz enormes en el cielo con su bumerán, mientras Sonic molestaba al temible Eggman.
Ahora, era su oportunidad para mostrarle lo fuerte que era y enamorarlo con su propia valentía. Que Amy Rose no era ninguna cobarde.
Corrió directo hacia haya, levantando su martillo a las alturas para rasgar el aire y dejarlo caer con fuerza en el primer Badnik que se le cruzó a ella hasta dejarlo como una tortilla enlatada en la tierra y seguir adelante golpeando a varios escarabajos y cangrejos de Eggman en un golpe. Pero, cuando no hubieron cerca alcanzó a mirar de reojo, tal vez una paranoia suya por la adrenalina del momento pero, veía como Sonic, Tails, Knukcles y Sticks hablaban entre ellos, casi parecía una conversación...Normal entre ellos.
Sus ojos se ensancharon con sorpresa al instante. Pero ¡No! Al mismo tiempo que agitaba su cabeza a los lados. Decidió apartar ese pensamiento de su cabeza pues claro que sus amigos no la estaban excluyendo solo, platicaban de lo suyo, tal vez si hacia su mejor esfuerzo para entrar en la conversación le invitarían ¿Y como resistirse a una tarde de juegos?
Con aquella idea en mente, deslumbró una enorme sonrisa cuando corrió directo a el primer Badnik que corría hacia ella antes de que lo golpeara con todas sus fuerzas hacia la dirección de Knuckles y sonriera con victoria al sentir la fuerza del golpe, así el la pasaría a Sticks comprendiendo el juego y ella se la pasaría a Sonic como si fuera una pelota. Pero toda esa alegría fugaz se deshizo cuando el Badnik golpeó en la espalda de Knuckles con tanta fuerza para hacerlo tambalear y girarse a ella con molestia.
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Una bella eternidad
FanficElla tenia un corazón dorado, el tenia una pieza del suyo entre millones. Lastimado, nadie permanecería a su ayuda, excepto ella. Y no sabia lo mucho que el habia pasado ni lo mucho que profunda era su herida, pero lo intentaría, intentaría curarlo...