Corazón de oro

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Es su rostro yacía una boba sonrisa, a pesar de tener sus ojos cerrados y sus púas desparramadas por la cama, habia un olor persistente, uno fuerte y amargo en ella y un calor a su lado que. Oh, Dios, que bien la hacia sentir. Aquel que a su lado la acompañaba, o lo hacia, pues levemente al extender su brazo para abrazarlo, sus ojos se llenaron de sorpresa al darse cuenta que su lado de la cama estaba vacía, fría y arrugada desde quien sabe cuanto.

¿Se fue tan pronto?

Esa pregunta vago en su mente mientras rápidamente se levantaba, poniéndose las pantuflas rosas que compartía con Shadow, notando que las suyas seguían cuidadosamente al lado de las suyas.

No quiso creer lo peor, pero a paso rapido camino por los pasillos de su casa, mirando levemente de vez en cuando pero nada, no habia rastros de Shadow, y no deberían de haber, todo estaba demasiado frío con las luces apagadas y demasiado gris entre penumbras, no, deberían estar recostados en su cama buscando un poco de calor, viendo una película o platicando de cualquier cosa. Pero con quien quería hacer todas esas cosas no estaba ¿Donde estaba Shadow?

Pero bajando las escaleras, no pudo evitar detener su tan desenfrenado corazón y pies para verlo a el, ver a Shadow durmiendo plácidamente al borde de la mesa de la cocina al lado de su taza de cafe.

El frio susto que tuvo hace unos momentos rapidamente se esfumo para correr de puntillas hacia la sala para tomar una de las tantas cobijas que habían en el sofa. No sabia como era posible que se haya quedado dormido ahí, incluso con todo el ruido que habia hecho arriba, pero debía de estar muy cansado, sabia que no habia podido dormir ultimamente por todo lo que habia sucedido y ella solo venia a molestarlo ¡Ay, Amy Rose! Tiempo después tendría tiempo para regañarse y pedirle una enorme disculpa a Shadow pero con mucha prisa primero tomo y corrio hacia Shadow con todas las mantas en sus brazos.

Al estar frente a el, claro que no se las aventó y ya, las dejo sobre la mesa y tomo una, con ambos brazos la extendió con total lentitud y poso sobre la espalda de Shadow hasta los hombros, dejando su pacifico rostro descansando tranquilamente sobre sus brazos.

Shadow parecía una persona agresiva y antisocial, alguien que parece estar enojado con todo lo que le rodea, pero era todo lo contrario. Cuando lograbas desenvolverte a el con totalidad, cuando lograbas ver detrás de toda esa fría capa de enojo, de rabia y tristeza... Podías verlo a el, una buena persona, de buen corazón, que se esforzaba por ser mejor cada dia, alguien que disfrutaba del amanecer y de un buen café en la mañana, refugiarse en lugares silenciosos y tranquilos en donde las personas no le molestasen, y vivir, vivir a su modo con alegría, con ella en su vida.

Acaricio levemente su mejilla, muy delicadamente, casi como el tacto de una pluma, solo para sentir su calor, su leve presencia antes de recargarse un poco y depositar un suave y dulce beso en su mejilla, olvidándose del frío y de si misma, solo espero a que el tiempo se detuviera, tan solo un momento.

Con un gran y evidente sonrojo decidió apartarse pasos atrás con una incrédula sonrisa mientras acariciaba sus propios labios. Ella... Le habia besado. Claro que estaba dormido y solo le habia besado en su mejilla pero, ¡Su corazón no hacia mas que dar brincos de lado a lado!

Fue tan hermoso, aunque sintió que solo duro un segundo fue suficiente para dejar temblando cada rastro de su cuerpo de pies a púas, tan dulce y delicado, fue como besar una nube o un pedazo de algodón, fue tan...Mágico.

Rápidamente agito su cabeza de lado a lado, no podia dejar que Shadow la viera así ¡Y menos que se enterase! Rápidamente se dio la vuelta y tomo un pedazo de papel y una pluma, antes de irse corriendo hacia la puerta, solo dejando atrás una pequeña nota. 


Fui rápidamente al pueblo a comprar unas cosas, no quise despertarte porque te veías muy cómodo. No te preocupes, prometo no tardarme mucho. 

Una bella eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora