Una bella eternidad

Manos frías

Mentiría si no digiera que el frío helaba hasta sus huesos, que el gris nublaba sus ojos, que el temblor de su cuerpo aferrandose al enfermo cuerpo de Rouge le daba nauseas, ver su rostro retorcerse de dolor, de frío, de tristeza. Por mucho que quisiera, el pequeño fuego que tenian no podia apartarle el frio ni el dolor, solo podia verla llorar en silencio, esforzándose por no gritar para mantener la postura.

Sin darse cuenta, la pequeña lancha roso la arena con fuerza, golpeándola hacia afuera levemente pero no para lastimarla. Al fin habían llegado, y con esa esperanza, vio como rápidamente Shadow se levantaba y caminaba hacia con ellas para tomar a Rouge con sus brazos, ella ya estaba despierta, al menos un poco, por lo que al sentir los nuevos brazos de Shadow recorriendo su cuerpo ambos escucharon un quejido algo fuerte producto de las heridas abiertas.

—Llévala al hospital, te veo alla.

Shadow ni siquiera tuvo que dudar para asentir con la cabeza antes de salir disparado en un rayo escarlata, apenas pudo levantarse un poco para verlo recorrer el puerto y hacerse paso entre las personas antes de desaparecer en el muro que daba a la calle.

Ver a Shadow desaparecer con Rouge en brazos no hizo mas que arrebatarle un gran y pesado suspiro. El hospital estaba cerca, Shadow podria llegar rapidamente. Pero rápidamente aparto su rostro con destreza para ver donde habían desaparecido, ahora no era momento de relajarse, tenia que apresurarse en alcanzarlos y hablar con Shadow de todo lo que estaba sucediendo, quería saber el estado de Rouge, que era de lo que estaba hablando Eggman en la aldea y porque sus amigos habían reaccionado de esa forma. Tenia que saber muchas cosas, muchas de las que sabia que Shadow le estaba ocultando.

Claro que eso entumecía su pecho de una manera dolorosa, en donde lo que creía era su corazón pesaba, pesaba como una piedra que asfixiaba sus pulmones y no le dejaba respirar.

Creyó en que Shadow era diferente y que le confiaría las cosas, que podia darle ciega confianza como ella lo hacia, pero no era así. Confiaba en el, que todo eso hasta cierto punto era mentira y que solo era un video corrupto pero, ese dolor no la hacia respirar bien.

Tomo su frío cuello con una de sus manos antes de saltar del barco y correr lejos de ese lugar.

El cielo era tormentosamente de un gris puro, casi negro tras la caída del sol, desde donde el caian ligeros copos de nieve que traspasaban los grandes ventanales de los edificios, enormes rascacielos que se perdían en las nubes de colores monótonos, muertos, helados, mientras que entre las calles reinaban las luces cálidas de las tiendas, de las personas sonriendo y pasando, abrasadas con la furtiva comodidad de algo cálido. Ese no era su caso, que tomando su adolorida garganta, con lagrimas congeladas en sus ojos corría desesperada por la acera, congelada al sentir la nieve aferrarse a ella con delicadeza.

Con todo el frio y el dolor, no pudo evitar sonreír al ver el radiante brillo del hospital a tan solo unas calles en donde estaba ella.

Se apresuro rapido en llegar, y al instante, empujo la puerta de la entrada para prácticamente correr hacia la recepción en donde estaba una enfermera. El frio no era tan diferente al de afuera así que con temblores y una ansiedad a flor de pie se acerco hacia ella temblando, mirando hacia los lados para ver algún rastro de Shadow.

—A-acaban de traer a mi amiga, Rouge, Rouge The Bat ¿Donde esta? ¿Como se encuentra?— La chica parecio notar su nerviosismo y como se aferraba fuertemente al escritorio, desesperada por saber la respuesta.

—Esta bien, por favor relájese, déjeme revisar— La enfermera rápidamente se volteo un segundo hacia su computadora para buscar el nombre de su amiga, solo para notar como su rostro levemente se entristecia, para levantar la cabeza y mirarla.