Púas rojas

55 8 1
                                    


Sabia que no debería de sentirse tan nerviosa, pero desde que ambos erizos habían partido en una estela morada su corazon no habia podido esconder sus claros temblores y su sobre amargo sabor de boca ¡Y no sabia por que lo sentía! Solo irían a pasar un rato como amigos, charlando y bromeando entre si.

Pero de solo pensarlo, su corazón pesaba aun mas, al punto de tener que abrazar su pecho con fuerza en ese intento de calmar su desesperación.

Todo iba a estar bien, nada sucedería, todo esta bien, todo esta bien. Se repetía, incontables veces hasta que no pudo contar las horas, donde aquellos arándanos limpios hayan quedado hayan quedado abandonados en la lacena.

Se arrepentía, nunca debió haberlo dejado irse con Sonic.

De pronto, tras unas horas eternamente lentas el sonido de una motocicleta a fuera le hizo levantar su cabeza con sorpresa, dejando ver sus ligeramente despeinadas púas y sus hinchados ojos, con un solo pensamiento.

—¡Shadow!

Rapidamente corrio a la puerta de su casa y la abrió de un portazo, al instante en que sus ojos se acostumbraron a la luz, vio sorprendido eso, una moto desconocida de un rojo brillante de donde dos personas bajaban. Al verlos con atención, pudo reconocer la ropa de Shadow y el cuerpo desnudo de Sonic, solo para que ambos entre su conversación, ajena a ella, apartaran los cascos que escondían sus rostros.

—Fue super divertido estar contigo Shadow, deberíamos hacerlo mas seguido— Y al instante, abrazar su hombro con una mano expectante alumbrando un nuevo mundo imaginario —La nueva e increíble aventura de Sonic y Shadow The Hedgehog, las formas de vidas mas rápidas de todos los  mundos.

—Dime que no pasaste todo el trayecto pensando en como en juntar nuestros eslógans— Algo que solo asintió el contrario con aquel ambiente de amistad mientras se ajustaba mas a su abrazo.

Todo estaba bien.

Ese atormentador pensamiento no hizo mas que alterar su consciencia, impidiéndole llamar su atención para decirles que estaba allí presente, agitando su corazón mas de lo que aun estaba.

Pero no fue necesario, no cuando escucho su nombra tan minuciosamente llamado, apartandola lejos de aquel leve tormento para levantar su rostro tan ajeno al de ella, y mirarle, ver sus labios tan cerca de su rostro, sentir su respiración contra sus labios y finalmente, perderse en aquel brillo escarlata de sus ojos, ajenos a este mundo, con aquel brillo dorado como cientos de cristales de Ámbar guardados para el solo.

—¿Amy? ¿Estas bien?

Pero nuevamente su voz le hizo despertar de su ensoñación, devolviendole el aire que inconscientemente habia soltado, cubriendo levemente de rosa su color.

No habia rastros ya de Sonic, asi que por la vergüenza no sabia ni cuanto tiempo se habia quedando mirándolos ¡Que horror! ¡Debió de pensar que era una acosadora! Pero ese no fue el principal pensamiento que llego a su cabeza, obligándola a apartarse rápidamente hast chocar con la puerta y dejar un sonido a secas.

—Sh-Shadow...

Tan cerca.

—¿Estas bien? Parecías perdida incluso cuando Sonic se despidió ¿Te sientes mal? ¿Necesitas algo?— Shadow parecio entender el porque de su repentina lejanía, manteniéndose de igual forma plantado allí en donde estaba, pero ni siquiera tratando de ocultar un pizca de su preocupación.

No era buena lidiando con sus emociones, no de una forma en que le gustaría, por eso en medio del pánico y la ansiedad, prefirió hacer lo mas fácil para ignorarse así misma:

Una bella eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora