Muchas personas perdieron todo después del brote.
Verónica era una de ellas. Tuvo que sobrevivir, adaptarse y hacer lo que sea para mantenerse en una sola pieza.
Se sentía sola y sabía que no tenía nada que perder. O por lo menos eso pensó durante...
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Un hombre entró a la cabaña. Joel y Vero estaban escondidos, y Ellie estaba en la parte de arriba. El dueño de la cabaña dejó su arco en la entrada y se quitó su chamarra.
Había pasado un día de la plática nocturna entre los adultos. Después de una caminata encontraron esa cabaña.
—El arma también.
—¿Quiénes son?
Vero dio un paso junto a Joel. Habían encontrado una bonita cabaña. El invierno había empezado con fuerza y no sabían por donde ir, hasta que encontraron este lugar.
—Estamos de paso — dijo Joel, apuntando todavía al hombre — saque el arma con dos dedos. Póngala lejos.
El hombre, dueño de la cabaña, hizo caso, poniéndola en una mesita. Después miró a su mujer. Una señora que estaba bastante tranquila, meciéndose en su silla.
—¿Por qué no les disparaste? — preguntó el hombre.
—El arma estaba lejos — contestó la señora de manera tranquila — a propósito, no me dispararon.
—Sí, tengo ojos.
Vero miró a ambos con una ligera sonrisa divertida. El señor miró los platos que estaban en la mesa de centro y frunció el ceño.
—¿Les hiciste sopa?
—Muy rica — halagó la mexicana.
La señora le sonrió amable a Verónica.
—Busco a mi hermano — dijo Joel, apuntándolo de manera tranquila.
El señor soltó una risa sin gracia, pareciendo más un resoplido.
—No lo vi.
—No le dije como es.
—¿Se parece a ti?
—Un poco.
—Entonces, no lo vi.
—Tienen una niña — dijo la señora, señalando a ambos con la cabeza.
—¿Puedo bajar?
—No — le dijo Vero.
Escucharon pasos apresurados bajar las escaleras.
—Ellie — regañó Joel.
Los señores se vieron entre ellos, la mujer tenía una sonrisa divertida.
—¿Qué te dijimos?
—Tienen como mil años — dijo Ellie obvia.
—¿Y esta loca?
—No le haga caso — dijo Vero, regañando a Ellie con la mirada.
—Díganos dónde estamos — dijo Joel. Caminó hacia la mesa y giró el mapa hasta donde estaba el señor.
