Muchas personas perdieron todo después del brote.
Verónica era una de ellas. Tuvo que sobrevivir, adaptarse y hacer lo que sea para mantenerse en una sola pieza.
Se sentía sola y sabía que no tenía nada que perder. O por lo menos eso pensó durante...
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Escucharon un crujido en la puerta. Joel se puso alerta.
—Baja el arma, Joel — dijo Tess con la voz un poco agitada. La abrió por completo y vio a los dos con una ligera mueca.
Estaban en el último piso del edificio. Antes era una terraza. Tess quitó una lona transparente y les hizo un gesto, para que cruzaran.
Ellie se subió a un pequeño borde para poder ver mejor. Vero se puso a su lado y se asomó.
—Valiendo madres — susurró un poco molesta.
Habían más de treinta infectados en una especie de estado de reposo, amontonados y haciendo sonidos.
—Hay muchos — dijo la niña, sorprendida.
—La ultima vez, aun estaban adentro de los edificios — dijo Tess, colocándose al otro lado de la niña — pero supongo que muchos llegaron buscando la ZC. Se refugiaron en el interior y así contagian a más y más de la ciudad.
Todos empezaron a removerse. Ellie los veía con atención.
—Están conectados.
Vero dio un asentimiento.
—Más de lo que crees — le comentó la mexicana. Vio de manera rápida a Joel, quien parecía escucharla — el hongo crece bajo tierra.
—Tiene fibras largas, como cables, algunas de más de mil quinientos metros.
—Pisas unos cordyceps en un lugar y puedes despertar a más infectados en otro sitio — dijo Verónica, señalando a los infectados con la cabeza — es impresionante.
—Una vez que saben dónde estás, vienen por ti — Tess miró a Ellie con seriedad — no eres inmune a que te despedacen ¿entiendes? Es importante. Trato de mantenerte viva.
Ellie miró a Vero, con una ligera preocupación. Ella le sonrió, en un intento de calmarla y le apretó el hombro de manera amigable.
—No iremos por ahí ¿camino corto? — preguntó Ellie, con un tono asustado.
Vero miró a Joel, esperando una respuesta.
—El museo.
...
La entrada del museo estaba llena de raíces del hongo, y aunque Verónica sabía que la mayoría de infectados que estuvieran dentro estarían muertos, eso no la dejaba del todo tranquila.
Avanzaron despacio. Joel iba adelante de las tres, en seguida Tess. Ellie procuraba seguir más a Verónica, de alguna manera le generaba seguridad estar cerca de ella.
—Oh mierda — exclamó Ellie, quedándose quieta y viendo al hombre muerto.
Joel caminó con rapidez hacia ellas y miró a Vero y a Tess, se notaba alarmado.
