Muchas personas perdieron todo después del brote.
Verónica era una de ellas. Tuvo que sobrevivir, adaptarse y hacer lo que sea para mantenerse en una sola pieza.
Se sentía sola y sabía que no tenía nada que perder. O por lo menos eso pensó durante...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A la mañana siguiente, Vero ya tenía las últimas cosas listas en su mochila. Sentía una ligera opresión en el pecho. Había dormido tan bien al lado de Joel, pero él ya no se encontraba con ella. Verónica tenía pensado despedirse, pero al parecer el hombre tenía otros planes.
Tommy apareció en el umbral y le dio una ligera sonrisa.
—Está enojada ¿no? — preguntó, refiriéndose a la niña.
Vero tomó su mochila.
—Es normal, la tomó por sorpresa — le contestó, pasando a su lado para ir a la habitación de la menor.
—¿Y tú?
Vero oprimió sus labios y se detuvo en la puerta de Ellie.
—Un poquito — bromeó, alzándose de hombros — pero entiendo porque lo hace.
Tocó un par de veces. Se escuchó un "adelante" por parte de Ellie y la mexicana abrió. Los ojos de la niña viajaron de la mujer a Tommy. Vero le dio una sonrisa tranquila y le hizo una seña con la cabeza para que los siguiera. Tommy les dijo que irían a los establos.
Ellie parecía tener la mente en otro lado. Su mirada estaba triste y la cabeza ligeramente agachada. Vero odiaba verla así. Rodeó su brazo por los hombros y la pegó a ella con un poco de fuerza, en una especie de abrazo que duró solo unos segundos.
Llegaron a los establos. Vero no pudo evitar sentir su corazón latir con fuerza al ver a Joel preparando a uno de los caballos para ser montados.
—¿Viniste a despedirte? — preguntó Ellie, tratando de no parecer sorprendida.
—No. Vine a robarme un caballo e irme.
Vero vio a Joel de arriba a abajo cuando se giró a verlos.
—Te lo habría dado — le dijo Tommy.
—Lo sé — después soltó un suspiro — eso fue hace media hora. Y supongo...
Dio unos pasos hasta estar más cerca de ellas.
—Tienen derecho a decidir. Aún creo que deben ir con él.
Vero no pudo evitar soltar una risa, llamando la atención de Joel.
—Es gracioso que pienses que ella va a querer ir con alguien que no seas tú — dijo Vero con una sonrisa.
Bajó su mirada para encontrarse con la de Ellie, que se notaba que ya no estaba triste, ni mucho menos enojada. Le dio una de las bolsas a Joel con brusquedad.
