11. Plan

146 13 0
                                    

—No queremos hacerles daño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—No queremos hacerles daño. Queremos ayudarlos.

Vero vio al muchacho de manera seria y no despegó sus ojos de él ni un segundo. El chico ya no la estaba apuntando a ella, sino a Ellie, y eso solo hacía que Vero se pusiera nerviosa.

—Está bien — respondió Joel.

—No sé qué sigue en una situación como esta, pero si bajo el arma... no les hicimos daño. Así que no nos harán daño ¿verdad?

Verónica lo estaba viendo con detenimiento. Al niño no le haría nada, pero si el muchacho hacía algo, estaba dispuesta a atacarlo.

—Es cierto — respondió Joel.

Vero notó como le temblaba ligeramente la mano al chico, que también lucía nervioso.

—Es un tono muy raro — después miró a Vero y se movió con más nerviosismo — no me mires así.

—Él tiene voz de cretino y ella tiene ojos muy expresivos — dijo Ellie y eso le hizo recordar a Vero la pequeña plática en las escaleras. La niña trató de verla directamente al rostro, pero Verónica seguía viendo con detenimiento al chico — Joel, dile que todo está bien.

—Todo está genial — volvió a decir en el mismo tono.

—Vero — le pidió Ellie.

—No haremos nada — dijo Verónica, tratando de sonar convincente.

El muchacho soltó un suspiro.

—Escucha, voy a confiar en ustedes.

Le habló algo al niño en lengua de señas. Joel miró a Vero, pero ella no volteó su rostro. El hombre pudo notar que estaba bastante tensa, además de que nunca había visto esa mirada tan dura.

—Pero si alguno intenta algo... — y acercó su arma más a la cabeza de Ellie — ¿sí?

El niño se alejó de él, pero sin dejar de apuntar.

—¿Puedo sentarme? — preguntó Joel.

—Levántate despacio — ordenó el chico.

—¿Quiénes son? — preguntó Vero, ahora desviando sus ojos para ver al niño y luego a Joel.

—Me llamo Henry — dijo el muchacho — él es mi hermano Sam. Soy el más buscado de Kansas City.

—¿Quieres que te felicitemos? — contestó Vero, con el ceño ligeramente fruncido.

—Aunque, ahora — siguió hablando Henry, sin darle importancia a lo que dijo la mexicana — ustedes deben de ser los segundos.

Minutos después, los hermanos se instalaron de manera rápida y ahora los cinco estaban sentados unos enfrente de los otros, comiendo de las provisiones de los otros tres.

Trust || Joel Miller Donde viven las historias. Descúbrelo ahora