Muchas personas perdieron todo después del brote.
Verónica era una de ellas. Tuvo que sobrevivir, adaptarse y hacer lo que sea para mantenerse en una sola pieza.
Se sentía sola y sabía que no tenía nada que perder. O por lo menos eso pensó durante...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ellie no tardó en volver. Se agachó de nuevo y le extendió hilo y una aguja.
—Bien. Esto nos servirá — dijo Vero respirando profundo y comenzó a preparar la aguja — necesito que pongas atención porque tú me vas a coser a mí ¿me escuchaste?
Ellie asintió aturdida.
Vero comenzó a coser, explicando mientras lo hacía. Joel tomaba de los hombros y brazos a ambas, tratando de ahuyentar el dolor.
Cuando terminó soltó un suspiro. Ellie la miraba con los ojos llenos de lágrimas y con una ligera mueca.
—Ven — le pidió la mujer y Ellie se acercó con rapidez.
Vero puso un trapo encima de la herida de Joel y lo cubrió con su abrigo, pues estaba temblando. La mujer se quitó la venda que puso hace unos minutos y se bajó los pantalones hasta dejarlos a la altura de sus tobillos.
Su herida se veía ligeramente abierta. Toda su pierna estaba manchada de sangre. Vero soltó un ligero suspiro de alivio, la herida no era tan larga como se hacía ver con el pantalón.
—Toma la aguja — le dijo Vero y Ellie lo hizo — usa hilo suficiente, no importa si sobra.
Ellie se puso de rodillas para estar más cerca.
Vero comenzó a respirar con rapidez, pero se estaba obligando a sí misma a controlarse y respirar lento.
—Hazlo.
Ellie comenzó a coser con agilidad, tratando de hacer exactamente lo que Vero le explicó con Joel.
Verónica tenía los ojos bien cerrados, soltaba suspiros y quejidos. Se limpió la frente, estaba sudando del dolor.
Después de unos minutos Ellie terminó. Vero seguía tratando de controlar su respiración.
Había pasado ya poco más de una hora desde que suturaron sus heridas. Joel estaba en un estado más crítico. Estaba dormido y casi no abría los ojos. Consiguieron dos cobijas. Una la colocaron encima de Joel y otra en el suelo en donde Vero estaba sentada al lado del hombre.
—Se nos está infectando —dijo Vero vendándose también por encima del pantalón cuando se lo subió. Sintió la mirada alarmada de Ellie — era seguro. El cuerpo lo tratará de combatir dándonos fiebre.
Vero levantó la cobija de cuadros y miró la herida. Se estaba llenando de pus.
Tomó un poco de la carne seca y al comió, el resto se lo dio a Ellie.
—Tú también necesitas comer — dijo Ellie sin despegar su vista de Joel.
Vero observó el rifle que estaba recargado en la pared.
—Ya no hay suficiente, necesitamos cazar — dijo poniéndose en una rodilla.
