⛈️Capítulo 9 : Propuesta indecente

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Hoy llegue a la empresa 15 minutos antes, veo a Max hablando con Sophie en frente de nuestra oficina, ella es un amor, muy agradable y hermosa es muy delgada y alta, usa una melena que se le ve excelente, somos contra turno, así que jamás cruzamos mas de 2 palabras, ya que cuando yo llego ella se marcha y viceversa, solo hemos compartido cuando nos envían a conferencias o charlas, debe ser la nueva victima, cuando paso por su lado los saludo y entro a mi oficina.

—Hola Lucas, ¿Cómo estás? — está todo bastante ordenado así que sonrío.

—Emma, llegas antes, Te Amo — dice y se ríe feliz — ¿Puedo entregarte el turno e irme? — sonrío y asiento.

—Llegue antes para poder irme antes — comento y sonríe

—Gracias, gracias, te amo — me abraza y me hace hacer reír, nada mejor que irte antes del trabajo, justo entra Max y nos queda mirando, analizando y tratando de entender que sucede y por qué estamos abrazados.

–Hola, ¿interrumpo? – dice de manera cortante.

–Hola, no, lo que pasa es que Emma recibirá antes el turno así que puedo irme antes, estoy harto, hubo una caída de radares, así que eh estado todo el día tratando de arreglar la situación, han llamado mil veces, para nuestra suerte no fue culpa nuestra sino la caída de una antena que tienen en la mina, a las 19:25 volvió recién la señal, hoy no se hicieron informes solo el ultimo con los pocos datos que pudieron tomar los radares, quitando eso no sucedió nada mientras no hubo monitoreo — dice casi sin respirar enserio esta harto.

—Okey, descansa — digo y me despido con la mano, en cosa de segundos Lucas desaparece por la puerta.

Saco mis cosas y como siempre, llamo al jefe de turno para saber los trabajos que se realizaran durante la noche, anoto todo y comienzo a revisar los radares, por otra parte observo a Max de reojo revisando los radares del otro extremo anotando diferentes datos y analizándolos, por mi parte veo todo tranquilo, por el momento. De noche estamos a ciegas, es mas complicado todo, al menos tenemos las cámaras eso es muy útil para poder observar los trabajos y las paredes. Abro mi bolso para sacar mi botella de agua y me doy cuenta que no traje nada para comer, estaba tan preocupada por pita que no guarde nada para comer durante la noche, se me vienen doce horas sin comer.

—¿Cómo estuvo tu semana? — pregunta Max — ¿descansaste?

—No descanse mucho la verdad, arregle unas cosas de casa, termine mas cansada — comento recordando la nueva decoración de mi patio trasero — ¿Y tu? — pregunto mientras me giro para chequear las pantallas.

—Sali bastante — pongo los ojos en blanco, me imagino, de cama en cama disfrutando.

—Te vi con Sophie — le suelto y giro la cabeza para mirarlo.

—Sí, el turno anterior cruzamos un par de palabras y esta semana salimos — quedo boquiabierta, sorprendida, como lo hace tan rápido llevo dos años sin que ni un perro me ladre, pita no cuenta es niña — me la presento Keira — el descaro, sin duda un bastardo.

—Nadie de la oficina se va a salvar de ti, por lo que se ve — digo de manera burlona pero con algo de veneno, coloca una sonrisa falsa y me mira directo a los ojos.

—¿Tu crees? — pregunta y sonríe ampliamente, como que fuera lo mejor meterse con todas, siento asco.

—Así como vas, todas se irán a la cama contigo — digo seria y me giro para revisar las pantallas.

—¿Y tu? — dice serio, ¿escuche bien?

—¿Yo que?— pregunto haciéndome la loca, ni lo pienses, me giro y lo miro directamente a los ojos sin una gota de risa o coquetería.

—¿Te irás a la cama conmigo? — pregunta mas afirmándolo que preguntándolo, me deja sin palabras por unos segundos de verdad no pensé que lo diría, pensé que se reiría y diría es broma, pero no, me mira fijamente, y expectante por saber mi respuesta.

—Yo no, Nunca, amo a otra persona y aunque no pueda estar con el, siempre será así, nadie más, solo él — digo tajantemente, lo rechazo, siempre y por siempre ni loca, el sonríe.

—No te digo que hagamos el amor Emma — dice como si nada — yo creo que lo pasaríamos muy bien — hace énfasis en ¨MUY BIEN¨.

—No soy alguien que le interesa pasarlo bien un rato, tu lo dijiste, cada uno sabe como es y yo no soy así, yo creo en el amor, soy una persona que siempre va a involucrar sentimientos — asiente — así que ponte a trabajar.

—Eres diferente — dice aceptando mi respuesta, creo.

—No, no es que sea diferente, es que tu no me interesas — uh golpe a su ego, su sonrisa se borro y se muerde el labio, viene su contra ataque el típico ¨solo estaba jugando no te emociones¨ para salir del paso.

—¿De verdad?, tu mirada no dice eso, pero lo acepto, compañera de trabajo o mejor aun ¨amiga¨— dice sarcásticamente.

Nos ponemos manos a la obra y trabajamos, realizamos los informes que correspondían, salgo de la oficina porque me muero por un café, odio subir al casino de noche es muy grande y no hay nadie solo los operadores del piso de abajo, estar sola en un lugar así me asusta, entro y es todo blanco, paredes blancas como si fuesen recién pintadas, el piso con porcelanato blanco y brillante, hay un par de mesas para quienes traen su comida y desean comer aquí, la maquina de café esta en el fondo, y ya siento escalofríos, me duele hasta el estomago porque me pongo nerviosa, me acerco casi corriendo saco un vaso de plumavit rápidamente y lo coloco, estoy tan nerviosa que se me cae y saco otro, no puedo evitar mirar hacia todos lados aprieto el botón de café descafeinado y comienza a llenarse al fin, cuando termina tomo el vaso y quiero salir prácticamente corriendo, pero si lo hago me puedo quemar.

Camino muy rápido, miro hacia todas partes, cuando bajo las escaleras me giro para volver a mirar me asusto, como si algo fuese a atraparme soy una niña en cuerpo de mujer, llego a mi oficina como si hubiese sobrevivido a un duelo, respiro hondo y me siento exhausta, Max me mira y antes de que me pregunte le digo.

—Fui a hacerme un café, odio ir de noche, no hay nadie me da mucho miedo, soy demasiado cobarde — sonríe y mueve la cabeza.

—Para la próxima dime a mi, yo voy — sonrío.

—¿De verdad? — pregunto y asiente — gracias, gracias, gracias, te juro que es horrible es muy grande y la maquina de café está al fondo, siento que en cualquier momento aparecerá algo — explota en risas.

—Vez muchas películas de miedo — dice sonriendo.

—Sí, me gustan mucho — digo de manera culposa — sobre todo en turno noche, me mantienen despierta y muy atenta a todo — queda sorprendido.

—Ósea que ahora, ¿deberías estar viendo una película? — asiento con culpa — ¿Vives sola? – asiento.

—Vivía con Daryl y cuando paso lo que paso — se me aprieta el corazón y agito la cabeza — no sé... dejé de sentir miedo, para mi es como si él me cuidara en casa todo el tiempo y cuando tengo un poco de miedo, duermo con todas las luces encendidas — sonríe con ternura — ahora tengo una perrita, pita, me hace compañía.

—No dejas de sorprenderme — se gira para chequear datos.

Nos mantenemos revisando y analizando la información.

Nos mantenemos revisando y analizando la información

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Tormenta de sombras [ LIBRO 1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora